Tener trabajo ya no evita la pobreza: El 21% de los jóvenes empleados en Castilla y León está en riesgo de exclusión

El salón de actos del Consejo Económico y Social de Castilla y León se convertía este jueves en el escenario donde se ponía rostro y cifras a una realidad que golpea con crudeza a las nuevas generaciones de la Comunidad, toda vez que el Consejo de la Juventud de Castilla y León y su homólogo nacional presentaban los datos del Observatorio de Emancipación correspondientes al segundo semestre de 2024. Un informe que arroja una conclusión poco alentadora para el futuro demográfico de la región, ya que la tasa de emancipación ha descendido hasta situarse en el 13,8%, esto es, un retroceso de dos puntos porcentuales respecto al año anterior y mantiene a la Comunidad por debajo de la media nacional, fijada en el 15,2%.

Bajo el lema 'El alquiler se come mi sueldo',en el organismo juvenil han querido poner el foco la asfixia económica que impide a los jóvenes construir un proyecto de vida autónomo, siendo que el acceso a la vivienda se ha transformado en una auténtica carrera de obstáculos donde los ingresos no alcanzan para cubrir los costes del mercado inmobiliario. Según ha narrado la presidenta del Consejo de la Juventud de Castilla y León, Sandra Ámez, emanciparse sigue siendo una posibilidad remota para la mayoría, habida cuenta de que una persona joven asalariada debe destinar de media el 61,2% de sus ingresos mensuales para poder alquilar una vivienda en solitario, un porcentaje que se dispara hasta un inasumible 82,7% si se observa la franja de edad más temprana, la comprendida entre los 16 y los 24 años.

Las estadísticas desgranadas durante la jornada revelan una profunda desconexión entre la realidad salarial y el mercado de la vivienda, ya que, aunque el salario mediano anual registraba un incremento del 13% hasta alcanzar los 13.344 euros, tal subida no lograba paliar el encarecimiento del coste de vida. El precio del alquiler experimentaba un aumento del 10,9%, situando la mediana en 680 euros mensuales, una cifra que contrasta con la media estadística de 395 euros, dato este último que se ve distorsionado a la baja por los alquileres antiguos o de protección oficial y que no refleja la realidad a la que se enfrenta quien busca piso hoy en día.

Resulta especialmente llamativo el análisis por tramos de edad, que dibuja un patrón ascendente donde la independencia es casi una quimera para los más jóvenes, pues apenas el 4,1% de la población entre 16 y 24 años reside fuera del hogar familiar. La situación mejora tímidamente en el grupo de 25 a 29 años, donde el porcentaje asciende al 32,1%, aunque sigue evidenciando las dificultades estructurales para abandonar el nido. Asimismo, la brecha de género persiste en la estadística, mostrando que las mujeres, pese a percibir un salario anual inferior en 1.833 euros al de los hombres, presentan una tasa de emancipación del 17,1% frente al 10,7% de sus compañeros varones.

Ante la imposibilidad de asumir un alquiler en solitario o la compra de una vivienda, que exigiría el equivalente a 8,3 años de salario neto anual íntegro, la alternativa del piso compartido gana terreno, aunque tampoco está exenta de dificultades. En las capitales de provincia de la Comunidad, el coste de una habitación oscila entre los 230 y los 315 euros, lo que supone un esfuerzo económico que ronda el 25% de los ingresos, habiéndose registrado también incrementos generalizados en esta modalidad habitacional en la mayoría de las provincias.

El presidente del Consejo Económico y Social, Enrique Cabero, ha insistido durante su intervención en la necesidad imperiosa de avanzar en la inversión en juventud como eje vertebrador de las políticas públicas, no solo para el desarrollo económico, sino como herramienta fundamental para afrontar con éxito el reto demográfico que asola a territorios como el castellano y leonés. Cabero ha hecho hincapié en que garantizar el derecho a la vivienda es un elemento sine qua non para la emancipación, en un contexto donde el riesgo de pobreza y exclusión social afecta al 30,9% de la población joven, e incluso el hecho de tener un empleo no garantiza la estabilidad, dado que el 21% de la juventud trabajadora se encuentra también en riesgo de pobreza.