Multas hasta 3.000 euros en Liceras para quien incumpla la nueva ordenanza de vertidos

En su edición de este viernes, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) ha hecho definitiva este viernes la nueva normativa que regirá la convivencia entre el sector primario y el bienestar vecinal en Liceras. El Ayuntamiento, encabezado por Timoteo Arranz Barrio, ha dado luz verde al texto regulador sobre la aplicación de purines y estiércoles tras no haberse presentado reclamaciones durante el periodo de exposición pública. Con esta medida se busca poner coto a los problemas derivados de la producción animal y, muy especialmente, al impacto de olores que las granjas puedan provocar.

En el Consistorio son conscientes de que la actividad agrícola y ganadera tiene un peso importante en la esfera laboral y económica del municipio y su comarca, si bien reconocen que los cambios en los sistemas de producción han provocado un aumento en los volúmenes de residuos. Por ello, la nueva ordenanza nace con la vocación de prevenir la contaminación ambiental y evitar que la localidad se convierta en un depósito de residuos procedentes de otros términos municipales, una práctica que queda expresamente prohibida en el articulado.

Entre las medidas más destacadas que entran en vigor de forma inmediata se encuentra una restricción definida de manera clara severa: queda prohibida la aplicación de purines, estiércoles y lodos de depuración del 1 de julio al 31 de agosto. Esta decisión busca proteger la calidad de vida en la época de mayor afluencia de vecinos y visitantes, momento en el que las altas temperaturas suelen agravar las molestias causadas por los malos olores.

La normativa expone además un mapa de protección alrededor del núcleo urbano. Se crea una zona de exclusión de 200 metros de anchura alrededor de los límites del suelo urbano de Liceras donde queda total y absolutamente prohibido verter estos residuos. Para aquellos ganaderos que ya tuvieran contratos formalizados en estas tierras, el Ayuntamiento ha establecido un periodo transitorio de seis meses para adaptarse a la nueva realidad, tras el cual la prohibición será absoluta. Asimismo, quedan protegidos especialmente los recursos hídricos, marcando distancias de seguridad de 250 metros respecto a pozos y manantiales de abastecimiento público, y de 200 metros para las zonas de baño.

El articulado detalla también que los agricultores deberán enterrar los purines y estiércoles sólidos en un plazo máximo de 24 horas tras su esparcido para minimizar las emisiones a la atmósfera, salvo en aquellos cultivos donde la labor de cubrición pudiera dañar la cosecha. Además, se ha puesto el foco en el tránsito de vehículos pesados por el pueblo: queda terminantemente prohibido estacionar vehículos cargados con estos residuos en el casco urbano, así como circular con ellos por las calles de la localidad a menos que dispongan de cierres herméticos que garanticen la estanqueidad total.

El régimen sancionador que acompaña a esta ordenanza clasifica las infracciones en leves, graves y muy graves, con multas que oscilan desde los 750 euros para los incumplimientos menores hasta los 3.000 euros para las faltas muy graves. En esta última categoría se incluyen acciones como verter en montes o cauces de ríos, incumplir la zona de exclusión de 200 metros o traer purines de explotaciones radicadas en otros municipios. El Ayuntamiento ha advertido que será inflexible con el cumplimiento de estas normas, siendo responsables de las infracciones tanto quienes realicen la aplicación como los titulares de las tierras y los propietarios de los vehículos.

La ordenanza reguladora aquí.