Muchas localidades sorianas aprovechan el puente de la Constitución para celebrar sus cotillones de Nochevieja. Aunque falte casi un mes para dicha fecha, aprovechan estos días, ya que acude mucha gente.
Soria se prepara para vivir unas fechas muy especiales con la celebración de la Navidad. Aunque todavía quedan varias semanas para que lleguen estas fechas tan señaladas, numerosas localidades de Soria aprovechan el puente de la Constitución para organizar el cotillón de Nochevieja, aprovechando la gran cantidad de gente que acude. No obstante, estas no serán las primeras en dar la bienvenida al 2026. Algún que otro pueblo de nuestra provincia ya se tomó las doce uvas en pleno mes de agosto en sus fiestas patronales.
Desde hace doce años, los vecinos de Ventosa de San Pedro se reúnen en el puente de la Constitución para tomarse las uvas por adelantado y para celebrar la Nochevieja por todo lo alto. Según explica Óscar Carrascosa, concejal de San Pedro Manrique, municipio al que pertenece esta localidad, se tomó esta idea para tratar de “reunirnos el mayor número de personas, ya que para Navidad hay mucha menos gente”. Si de normal residen diez personas en el pueblo, la cifra llega a los 100 estos días con gente procedente de Barcelona, Madrid, Navarra o País Vasco.
Las actividades comienzan a las 18:00 h con una ronda de villancicos por las diferentes casas de Ventosa. Posteriormente, se lleva a cabó el encendido de la iluminación navideña y un concierto. ‘Los Pizarros’ subirán la temperatura de unos vecinos que cenarán juntos antes de tomarse las uvas. “Tenemos grabadas las de La 1 y las ponemos a las 00:00 h para simular todo a la perfección”, manifiesta el edil. Una vez entran en el “nuevo año”, brindan con champagne, disfrutan del cotillón y recuerdan cómo se celebraba la Navidad en el pasado. Precisamente, esta localidad tiene una anécdota muy curiosa. Durante el baile de Nochevieja, se sorteaban parejas de novios entre los solteros, dando lugar a relaciones permanentes.
La Asociación Cultural Ororafes de Orillares organiza estos 5, 6 y 7 de diciembre las X Jornadas de la Matanza. Aprovechando estos días, los vecinos de la localidad soriana celebran por adelantado la Nochevieja. Aunque en invierno residen unas 25 personas, la cena reúne a más de 100 en una fecha repleta de actividades. “Es un aliciente para que la gente también venga con el frío. Es igual de importante dar vida al pueblo en estas fechas que en verano”, señala el presidente de la Asociación, César Díaz. Para ambientar las calles, Esther Pascual monta un belén muy peculiar en la parada del bus con edificios de Orillares -algún año se hace un belén viviente-.
El plato principal de esta jornada llega por la noche cuando todos ellos se juntan en una cena que es sorpresa (la organización no desvela su contenido hasta el mismo día). Después de degustar la última cena del año, los presentes ven unas campanadas muy originales. Dos vecinos del pueblo se disfrazan de famosos para despedir el año en un vídeo que proyectan en la sala en la que se juntan. ¿Quién serán los encargados este año? César Díaz no ha querido desvelar detalles, pero ha asegurado que “gustarán y mucho”. Por último, se pondrá el broche de oro a esta fiesta con una rifa, con rascas de la suerte, con juegos y con un cotillón que se alargará hasta altas horas de la madrugada.
La Comisión de fiestas de Velilla de los Ajos decidió hace 15 años que su pueblo fuera uno de los primeros en tomarse las uvas. Dejando a un lado los trajes y la ropa de gala, apostaron por celebrar el fin de año en pleno agosto, aprovechando sus fiestas. “Son unas fechas en las que estamos todos”, explica Rocío Rodríguez, una de las propulsoras de esta iniciativa tan llamativa. Gracias a la imaginación de los organizadores, más de 200 personas de todas las edades se sientan a la mesa para deleitarse con una cena que prepara la Asociación con mucho cariño (en invierno viven seis personas).
Tras haber cogido fuerzas, se toman las uvas a las 00:00 h con las campanas de la iglesia. En ese sentido, Rodríguez indica que cuando no estaban automatizadas tenían que subir hasta el campanario para tocarlas a mano, y que el resto se pudiera comer las uvas. La fiesta no acaba aquí. Una vez han entrado en el nuevo año, tiran confetis y bailan durante la madrugada, emulando que están en un cotillón a más de 20 grados. Este simple gesto permite recordar a muchos mayores unas Navidades pasadas en las que el pueblo resplandecía de vida. Mientras que ahora “tan solo queda mi familia en estas fechas”, anteriormente venía muchísima gente a pasar estos días con los abuelos y a jugar con la nieve: “Se nota que ha fallecido mucha gente”.
El puente de la Constitución es la fecha elegida por Suellacabras para poner el broche de oro al año. Este 2025 celebrará su tercera Nochevieja por adelantado con numerosas novedades. A diferencia de las primeras dos ediciones en las que se llevó a cabo una cena, la organización ha decidido preparar una comida por todo lo alto con platos tan deliciosos como chuletón o merluza. Además, los más pequeños también tienen la opción de elegir un menú infantil. A través de esta iniciativa, el pueblo pasa de 20 habitantes a más de 150 en una jornada que se alarga hasta la madrugada.
Para hacer llevadera la espera hasta las uvas, se realizan numerosas actividades para todas las edades. Posteriormente, cuando se acercan las 00:00 h todos los presentes se acercan a la pradera para escuchar las campanadas de la iglesia y para tomarse las doce uvas. Después de celebrar la entrada en el nuevo año, tiran fuegos artificiales, brindan con champagne y bailan en una noche que recuerdan durante todo el año: “Es muy importante dinamizar el pueblo en invierno”.
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