Volver Noticias de Soria - SoriaNoticias.com
La Plaza de Toros de El Burgo de Osma: patrimonio, legalidad y responsabilidad pública.

La Plaza de Toros de El Burgo de Osma: patrimonio, legalidad y responsabilidad pública.

Actualizado 13/12/2025 13:35

José Luis Chaín, pone en valor la centenaria plaza de toros de El Burgo de Osma, coso que ha recibido críticas recientemente por parte de la Fundación Franz Weber.

En los últimos días, la Fundación Franz Weber ha vuelto a señalar a la tauromaquia, esta vez poniendo el foco en la Plaza de Toros de El Burgo de Osma-Ciudad de Osma (Soria). Conviene, por tanto, abandonar el terreno de la consigna y situar el debate donde corresponde: en los hechos contrastados, en la legalidad vigente y en el patrimonio común.

La plaza de toros de la villa episcopal no es un elemento circunstancial ni un equipamiento accesorio. Es un inmueble centenario, de titularidad pública, con reconocimientos oficiales y con una función histórica, cultural y social que no admite simplificaciones interesadas.

El coso burgense fue declarado Bien de Interés Turístico en 1962, un reconocimiento otorgado por su singularidad, su valor arquitectónico y su arraigo en la vida de la localidad. Fue construido entre 1902 y 1905 e inaugurado en agosto de ese último año, y desde entonces ha mantenido un uso continuado. Se trata, por tanto, de una plaza estable, histórica y plenamente integrada en la evolución urbana y social de El Burgo de Osma.

A ello se suma un hecho jurídico incuestionable: en 1993, el casco histórico de El Burgo de Osma fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico. Esta declaración protege el conjunto urbano en su totalidad -calles, edificios y espacios singulares- y la plaza de toros forma parte de ese ámbito protegido. No es un elemento ajeno ni marginal, sino una pieza más del entramado histórico de la ciudad, junto a la catedral, el hospital de San Agustín o el trazado tradicional de la villa.

Desde el punto de vista arquitectónico, el coso responde al modelo clásico de plaza estable de comienzos del siglo XX, con enfermería, corrales y capilla. Incluso su utilización puntual durante la Guerra Civil, como espacio auxiliar en un contexto histórico excepcional, añade una dimensión más a su biografía como edificio, reforzando la necesidad de abordarlo con rigor histórico y no desde la caricatura.

Conviene subrayar, además, una cuestión esencial que a menudo se omite de forma interesada: el Ayuntamiento de El Burgo de Osma, como propietario del inmueble, está legalmente obligado a su conservación y mantenimiento. Así lo establecen la legislación estatal y autonómica en materia de patrimonio cultural, que impone a los propietarios -y con mayor razón cuando se trata de una administración pública- el deber de custodiar, mantener y preservar los bienes integrados en el patrimonio histórico.

Esta obligación no es opcional ni ideológica. Implica, necesariamente, la consignación de partidas presupuestarias destinadas al mantenimiento del edificio, a su seguridad y a su conservación. El abandono o la dejación no solo serían irresponsables desde el punto de vista patrimonial, sino contrarios al marco legal vigente.

La Fundación Franz Weber es libre de mantener su posición contraria a la tauromaquia. Lo que no resulta aceptable es falsear la realidad patrimonial de un bien histórico, minimizar su valor cultural o presentar como cuestionable una obligación legal que no admite discusión. La Plaza de Toros de El Burgo de Osma no es un residuo incómodo del pasado ni un problema a eliminar, sino un bien cultural protegido, con más de un siglo de historia y profundamente arraigado en la identidad local.

El debate público es legítimo y necesario. La tergiversación de los hechos, no. Y cuando se habla de patrimonio histórico, conviene recordarlo: la ley, la historia y la memoria colectiva no se borran por decreto ni por presión ideológica. Se respetan.

José Luis Chaín

Únete al universo Soria Noticias Descárgate nuestra APP, entra en nuestro canal de WhatsApp o síguenos en redes.