Castilla y León blinda sus pueblos con 429 efectivos especializados en incendios de interfaz

La localidad abulense de Arévalo se convierte hoy en el escenario final de un intenso ciclo de preparación que busca blindar los núcleos habitados frente a la amenaza de las llamas. El programa de formación especializado en la defensa contra incendios en la interfaz urbano-forestal, impulsado por la Agencia de Protección Civil y Emergencias, ha concluido este sábado 20 de diciembre con un balance de 429 profesionales capacitados para actuar en esos escenarios críticos donde la vegetación se funde con las viviendas. Esta iniciativa, que responde a la necesidad de fortalecer la respuesta ante emergencias tras los devastadores incendios del verano pasado, ha logrado reunir a un heterogéneo grupo de efectivos compuesto por 63 bomberos urbanos, 56 forestales, 267 voluntarios de protección civil y 43 trabajadores municipales.

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio da por finalizada con esta jornada una de las actuaciones estratégicas incluidas en el Acuerdo 34/2025 de 20 de agosto, diseñado para fomentar la prevención y limitar los efectos del fuego en la comunidad. La formación ha puesto el foco en la singularidad de la interfaz urbano-forestal, un terreno híbrido donde las estructuras antrópicas conviven con el combustible vegetal, lo que exige tácticas de extinción y protección radicalmente distintas a las empleadas en el monte abierto. Durante los meses de noviembre y diciembre, los participantes han adquirido conocimientos sobre cómo impedir la reactivación de focos y asegurar la autoprotección en entornos habitados.

El itinerario formativo se ha estructurado en dos grandes bloques estratégicos que han recorrido la geografía regional. Por un lado, se han impartido cursos de 32 horas lectivas centrados en las operaciones tácticas, celebrados a principios de mes en Zamora y en la localidad leonesa de Riello. Estas sesiones, dirigidas exclusivamente a bomberos, han permitido a los profesionales perfeccionar maniobras específicas de defensa, abordar las emergencias dominó y establecer protocolos de triaje y operación sobre viviendas, culminando con simulacros en entornos de prueba seguros para testar la capacidad de respuesta ante un fuego real.

Por otra parte, la formación en técnicas de autoprotección y seguridad, que hoy cierra su ciclo en Arévalo, ha tenido paradas previas en Zamora, en la localidad burgense de Vilviestre del Pinar y en Baltanás, Palencia. En estas jornadas de nueve horas, los asistentes han tomado contacto con sistemas novedosos de extinción y han profundizado en los procedimientos de evacuación, confinamiento y primeros auxilios. Tal y como ha sucedido en las sesiones anteriores, las agrupaciones de voluntarios han podido realizar prácticas con las autobombas entregadas recientemente por la Agencia, familiarizándose con su manejo en situaciones de estrés operativo.

Durante el acto de clausura, la directora de la Agencia de Protección Civil y Emergencias, Irene Cortés Calvo, ha querido destacar la diversidad y el compromiso de los asistentes. Haciendo un guiño a la historia local, Cortés Calvo ha señalado que la capital de La Moraña se ha transformado hoy en la ciudad de los cuatro linajes, aludiendo a la procedencia de los 120 participantes que han completado el aforo de esta última sesión. Hasta el municipio abulense se han desplazado más de un centenar de voluntarios de diversas agrupaciones, así como bomberos de las diputaciones de Valladolid y Segovia, y bomberos forestales, completándose el cupo con personal de ayuntamientos cercanos.

El cierre de este programa no supone el punto final de la estrategia, toda vez que ahora se abre una fase de análisis mediante un informe de cierre. Este documento evaluará los efectos positivos de la instrucción recibida y recopilará lecciones aprendidas y recomendaciones estratégicas, con el objetivo de optimizar las intervenciones futuras y garantizar que, cuando el fuego amenace las casas, la respuesta sea coordinada, segura y eficaz.