Las molestias que supone el ruido repentino de los vehículos a motor, pueden provocar que las especies más sensibles a estas alteraciones abandonen sus lugares de alimentación, refugio o cría, como ocurre con los nidos de algunas rapaces. La circulación monte a través está prohibida todo el año, lo que incluye sendas peatonales, cortafuegos y otras vías que claramente no son caminos. Se trata de una actividad que altera la naturaleza y resulta molesta para otros usuarios de la misma.