En septiembre de 2012 acabó el primer Life gestionado por la ciudad, cuya aplicación recibió el visto bueno de los evaluadores de la Comisión Europea en su visita de noviembre. Entre los beneficios directos cabe destacar la habilitación de 2.780 metros lineales del Corredor para su recorrido en bicicleta, la reducción en un 23,5% de las emisiones de CO2, la creación de 6.770 metros cuadrados de jardines xéricos (lo que también permite ahorrar una media de 3738 m2 de agua al año, evitando la emisión de 1.345 toneladas de CO2), y la adecuada gestión de 13 nuevos tipos de residuos gracias al Punto Limpio Móvil. El proyecto ha permitido demostrar la posibilidad y la importancia de adoptar estrategias integradoras, que incluyan diferentes ámbitos de la lucha contra el cambio climático.
A largo plazo, la ciudad se ha comprometido con una serie de objetivos cuantitativos en el horizonte 2020, que configuran su apuesta por la sostenibilidad.