El Numancia despide el 2012 con una victoria ante el Hércules
Hércules 1- Numancia 3
Hércules: Falcón; Juanra, Mora (Arbilla 66'), Cabrera, Peña, Edu Bedia, Redondo (Sarpong 55'), Mario Rosas, Fran Mérida, Toti (Sardinero 68') y Portillo.
Numancia: Herrerín; Malón, Jaio, Juanma, Ripa, Sunny, Antonio Tomás (Gorka Larrea 68'), Del Pino, Bedoya (Juanjo 78'), Natalio y Cedric (Lago Junior 63').
Árbitro: Prieto Iglesias (Colegio Navarro). Amonestó a Edu Bedia y Cabrera por el Hércules y a Sunny, por el Numancia.
El conjunto soriano dejó el partido visto para sentencia en la primera mitad en la que anotó sus tres goles sin necesitar para ello de su mejor fútbol frente a un Hércules que se vino abajo nada más recibió el primero de los tantos.
Quique Hernández, técnico del Hércules, alineó un equipo plagado de jugadores ofensivos en el centro del campo y en los primeros minutos el conjunto alicantino tuvo el balón y lo movió con criterio, aunque sin remate.
El Numancia, por su parte, esperó su oportunidad y cuando la tuvo no la falló, marcó y, a partir de ahí, hizo lo que quiso con un Hércules que se convirtió en un juguete roto en sus manos.
El conjunto soriano encontró en la velocidad de Cedric y el acierto de Natalio las llaves que le hacían falta para desequilibrar el partido a su favor. En el minuto 14, el primero pasó en profundidad a Bedoya, cuyo centro lo remató a placer el delantero, que apareció por el área completamente solo.
Apenas tres minutos más tarde, el propio Natalio anotó el segundo gol visitante, que dejaba el partido encaminado para los de Pablo Machín. El delantero del Numancia falló un penalti que Cabrera había cometido sobre él mismo, pero llegó antes que nadie al rechace del portero Falcón para marcar.
A partir de ahí, el Numancia se replegó con criterio, pero sin dejar de mirar la portería alicantina, que acabaría batiendo por tercera oportunidad en el minuto 40, al cabecear Juanma una falta botada por Antonio Tomás.
El gol de Portillo para el Hércules en la última jugada del primer tiempo apenas aplacó el enfado de la afición local, aunque abrió mínimamente una puerta para la esperanza de los pupilos de Quique Hernández.
Pero la segunda mitad no hizo pensar en la posibilidad de una remontada alicantina porque el Numancia supo jugar con el tiempo y el marcador a su favor, sin dejar que los locales se metieran realmente en el partido.
Los minutos pasaban y el desarrollo del mismo apenas varió, incluso tras los cambios de ambos equipos. El Hércules casi no llegaba al área rival con claridad y el Numancia se limitaba a esperar y si veía opciones de atacar lo hacía.
Únicamente Sarpong, incisivo por banda izquierda cuando entró en el campo, hizo daño en la defensa numantina en una segunda parte sin apenas historia.