El pantano tiene una fauna autóctona escasa con poca trucha y el barbo en peligro

El proyecto ambiental europeo ROEM+ ha finalizado recientemente la primera de las campañas de estudio de la ictiofauna previstas en el embalse de Cuerda del Pozo, y en los tramos fluviales conectados al mismo, como son el Duero, Ebrillos o Revinuesa.

La combinación de técnicas remotas como la hidroacústica, la señal que menos se atenúa en masas de agua, y de técnicas directas como la pesca eléctrica desde embarcación o las redes agalleras científicas, han arrojado unos resultados preliminares que apuntan a una fauna de peces empobrecida, con poblaciones de peces autóctonos que han desaparecido o están siendo desplazadas por especies invasoras, cuya presencia es debida a introducciones ilegales.

Barbo y trucha son las únicas especies autóctonas detectadas, y que se encuentran tanto en el embalse como en los ríos. Sin embargo, a pesar del importante remonte de barbos en los principales tributarios del embalse (Duero, Revinuesa y Ebrillos), únicamente se han encontrado individuos adultos (todos mayores de 42 centímetros), lo que hace pensar en un fracaso reproductivo de la especie, que hace peligrar su futuro.

La trucha común, con apenas presencia en el embalse y muy bajas densidades en los tramos fluviales muestreados, es la única especie que parece reproducirse en los ríos, y parte de la población emplea el embalse para la alimentación y el crecimiento.

La lucioperca, a pesar de que su abundancia no es alta en el embalse, sí consigue una buena reproducción como se pudo constatar en las capturas de juveniles obtenidas en el muestreo de orilla mediante pesca eléctrica. El aparente crecimiento y consolidación de las poblaciones de alburno (por el momento poco importante) hace prever un incremento futuro de su población, pues constituye una presa muy apreciada para la lucioperca.

Ecología del agua

La Directiva Marco del Agua, normativa que rige la gestión del agua en toda la Unión Europea, establece el horizonte del año 2015 para la consecución del buen estado ecológico de las aguas, asegurando su calidad y uso sostenible.

En este ámbito normativo, el embalse de Cuerda del Pozo en Vinuesa, a 40 kilómetros al noroeste de Soria, será el epicentro de este proyecto ambiental europeo impulsado por el Centro Tecnológico ITG y la empresa EcoHydros, para abordar el creciente problema de la eutrofización, que afecta a más del 60% de los embalses españoles. Un proceso de contaminación de las aguas a consecuencia de un exceso de nutrientes que estimula la proliferación de algas y otras plantas acuáticas.

El objetivo es disponer de un ambicioso sistema de simulación por ordenador para predecir a corto plazo este problema, y priorizar a medio y largo plazo los usos urbanos, agrícolas, ganaderos, forestales o turísticos de las masas de agua en un escenario de cuenca de gran relevancia como es la del Alto Duero, por su carácter internacional y por ser la de mayor extensión de la Península Ibérica.

De este modo, la capacidad analítica de comprender lo que ha ocurrido en el pasado, la situación actual y realizar predicciones en escenario complejos de actuación y gestión (incluyendo el cambio climático) será posible a través del modelado de los procesos críticos en la cuenca hidrográfica que tienen repercusión no sólo en el embalse, sino también en otros usos del territorio.

Cofinanciación de los trabajos

ROEM+ es un proyecto aprobado por la Comisión Europea dentro de la línea Política y Gobernanza Medioambiental del programa LIFE+ (LIFE11 ENV/ES/590). Cuenta con un presupuesto de 1.933.601?, y el apoyo explícito de la Confederación Hidrográfica del Duero, principal beneficiario de los trabajos.

También cuenta con el respaldo de entidades como la Junta de Castilla y León, a través de sus consejerías de Sanidad y de Fomento y Medio Ambiente; diversas entidades municipales y diputaciones provinciales del norte de España; asociaciones de jóvenes agricultores y cooperativas agrícolas; y empresas privadas con intereses en este ámbito.