La conservación de este conjunto ha sido posible gracias a la colaboración de distintas instituciones y profesionales, aplicando técnicas y procedimientos innovadores. Las piezas y el proceso de recuperación y restauración se muestran en una exposición temporal que permanecerá abierta durante dos meses en el Museo Numantino.
La conservación de este conjunto hallado en Alcozar en 2009, en un contexto arqueológico e histórico determinado, ha sido posible gracias a la colaboración de distintas instituciones y profesionales, aplicando técnicas y procedimientos innovadores. La vulnerabilidad que presentaban los bienes y la dificultad de su preservación material es uno de los principales retos abordados desde el punto de vista metodológico.
La Junta de Castilla y León se ha sumado a la comunidad museística mundial en la celebración del Día Internacional de los Museos que, desde el año 1977, se conmemora 18 de mayo. Como en años anteriores, el Consejo Internacional de los Museos (ICOM) ha propuesto un lema para la ocasión: ?Muesos (memoria + creatividad) = progreso social?, que pretende ser un homenaje y un recordatorio de la labor que los museos de todo el mundo realizan en beneficio del desarrollo de los pueblos.
Una de las temáticas propuestas para desarrollar este lema es la referida a las ?prácticas innovadoras para mejorar la conservación?, en torno a la que giran las actividades que este año desarrolla el Museo Numantino. La exposición, que muestra la recuperación y restauración de una serie de tablas policromadas correspondientes a un retablo del siglo XV de la ermita de la Virgen del Vallejo, en Alcozar, se complementa con un ciclo de conferencias, que también se celebrarán en el museo.
César Gonzalo habla este viernes -a las 19.00 horas, sobre el contexto arqueológico del descubrimiento de las tablas; y el próximo martes día 21, también a las 19.00 horas, técnicos del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León abordarán el proceso de restauración.
INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA
Encuadrada en el Proyecto Cultural Soria Románica, en el año 2009 se llevó a cabo una intervención arquitectónica y arqueológica en la ermita de la Virgen del Vallejo en Alcozar (Soria), en el transcurso de la cual se produjo el descubrimiento de un conjunto de tablas policromadas pertenecientes a un retablo del siglo XV, y dos tallas de madera que habían sido enterradas en una de las naves del templo.
El equipo responsable del proyecto Soria Románica, encargado de la excavación, solicitó colaboración al Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León (CCRBC) para la extracción y recuperación del conjunto.
El CCRBC participó activamente a lo largo de dos años, en colaboración con tres instituciones (Museo Numantino, Museo Nacional de Arqueología Subacuática y Centro de Control de Calidad de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León), en el proceso de recuperación, estabilización y restauración de las tablas, lo que ha permitido profundizar en su conocimiento técnico y definir una estrategia interdisciplinar e innovadora para abordar el reto que implicaba su conservación.
Un caso tan excepcional ha requerido una puesta a punto de la metodología de la restauración, requiriendo la participación de un equipo interdisciplinar: restauradores especializados en distintos materiales, arqueólogos, historiadores del arte, físicos, químicos y especialistas en imagen.
El proceso de recuperación ha aportado datos históricos de relevancia. Dada la proporción de pintura que conservaban las tablas, posiblemente no se enterraron por un deficiente estado de conservación, sino por alguna cuestión iconográfica relacionada con la desnudez de los personajes o sus rasgos fisonómicos, lo que sería un argumento a favor de su ocultación, tras alguna reforma de contenido litúrgico. Esta cuestión se ve reforzada por el hecho de que varias tablas de la misma procedencia se preservaron intencionadamente, integrándolas en un retablo de la iglesia parroquial de Alcozar.
La extracción se abordó con las técnicas propias de los materiales arqueológicos. Una vez excavado el perímetro de las tablas y tallas, se elaboraron carcasas de protección y se introdujeron cuñas y listones planos para posibilitar su desplazamiento. Debido a la extrema debilidad que mostraba el soporte de madera enterrado, alguna de las tablas y tallas requirieron una consolidación previa a la extracción.
Una vez finalizado el proceso de extracción, se trasladó todo el conjunto al CCRBC de Castilla y León (Simancas). El objetivo era la conservación de la integridad de las tablas, tanto del soporte de madera, como de los estratos de policromía.
Se recrearon las condiciones medioambientales presentes en el momento de la extracción para evitar cambios drásticos, ya que éstos producen graves deterioros en la madera y la policromía. Para ello se acondicionó una sala y se habilitaron cámaras individuales rebajando las condiciones de humedad relativa. Se llevó a cabo un control exhaustivo, con mediciones del contexto climático y del contenido hídrico del material, controlando la proliferación de microorganismos.
Paralelamente se recurrió al Centro Regional de Control de Calidad de la Consejería de Fomento, en cuyas cámaras climáticas, controlando la temperatura y humedad, se fue rebajando el contenido hídrico de la madera paulatinamente. El procedimiento, aunque no fue posible aplicarlo a la totalidad de los fragmentos debido a sus dimensiones, obtuvo resultados satisfactorios, facilitando la consolidación posterior.
CONSOLIDACIÓN Y RESTAURACIÓN
La principal dificultad para la consolidación de la madera era la saturación de agua, que impedía la impregnación del consolidante; por otro lado, la eliminación sin control de esa humedad producía deformaciones en el soporte y alteraciones en la policromía.
Se llevó progresivamente la madera hasta el punto de equilibrio de humedad interna, momento en el que se procedió a su semi-inmersión en consolidante. Alcanzar ese punto supuso aproximadamente nueve meses de progresiva y lenta modificación de las condiciones medioambientales.
Se realizó un testado con diversos materiales consolidantes y en distintos momentos del proceso de secado de las piezas.
Se han podido mantener los soportes originales en los casos en que el material lígneo se conservaba bastante completo, con grosores regulares. En los otros casos, la película pictórica se ha montado sobre soportes inertes. Las grandes lagunas de policromía se han reintegrado con tintas neutras. Las menores con un sistema discernible del original a base de un entramado de rayas. También se han diseñado y elaborado unos soportes adecuados para poder llevar a cabo su montaje expositivo.