Aquellos matrimonios que lo deseen, podrán asistir vestidos con su traje de boda (o con un traje de fiesta). Igualmente, podrán acudir con el coche adornado como el día de su enlace matrimonial. Todo ello destinado a manifestar en la calle que el matrimonio cristiano ?no es algo anormal ni minoritario sino una realidad natural, normal, mayoritaria y de gracia en nuestra sociedad soriana?, indicaron desde el Obispado este miércoles 17 de abril, desde donde también apuntaron que al finalizar la celebración, los asistentes compartirán la comida en la que tomarán parte los matrimonios y los familiares que lo deseen.
La jornada se enmarca en de la misión diocesana ?Despertar a la fe?, uno de cuyos objetivos es sacar las convicciones cristianas a la calle, ?de tal manera que la vida y el testimonio de los creyentes susciten interrogantes en los que deambulan por las mismas y que no se hacen presentes en la vida eclesial? señalaron los organizadores. Además, con esta celebración, monseñor Melgar manifestó que quiere ?que los propios matrimonios cristianos valoren la realidad de su matrimonio expresando el gozo de vivirlo desde la fe para que el testimonio de su vivencia ayude a valorarlo a los que no lo aprecian suficientemente?.
En opinión del obispo, ?el matrimonio entre un hombre y una mujer, y especialmente el matrimonio cristiano, como sacramento, ha ido perdiendo valor y prestigio entre nuestras gentes, pese a su belleza y riqueza como base de la familia y de toda la sociedad?. Esta situación se ha visto agravada en España, donde advirtió que ?vivimos un momento muy delicado, sobre todo desde la sentencia del Tribunal Constitucional del 6 de noviembre de 2012 que equipara en derechos y dignidad la unión entre personas del mismo sexo con el matrimonio constituido por un hombre y una mujer, única realidad que podemos llamar así aunque la Ley y los Tribunales (ignorando el Derecho natural) se empeñen en lo contrario?.
En este sentido, Melgar expresó su disconformidad con la legislación porque ?como consecuencia de dicha equiparación, los contrayentes han perdido el derecho de ser llamados esposo y esposa, y han pasado a llamarse cónyuge A y cónyuge B; igualmente, los niños ya no tienen legalmente el derecho a tener un padre y una madre sino un progenitor A y un progenitor B?.
Abundando en este sentido, el pastor diocesano indicó que ?la equiparación de derechos entre todo tipo de uniones, también las de hecho, y la facilidad para romper el matrimonio mediante el divorcio fácil (llamado ?divorcio exprés?) lleva consigo que el matrimonio en sí no se valore, haciendo que muchas parejas opten por vivir juntos sin más, sin ningún tipo de vínculo ni de obligación?, defendiendo a continuación que el matrimonio cristiano no sea visto ?como algo del pasado y trasnochado?.
Ante la situación descrita por el prelado, ?francamente grave, que nos entristece y nos preocupa?, Melgar lanzó un llamamiento de invitación a la toda Diócesis con la esperanza y desde su trabajo pastoral ?expresando públicamente la belleza del matrimonio cristiano y animando a que los esposos y esposas, con sus familias, manifiesten la riqueza de su relación y la fidelidad a los compromisos que adquirieron libremente el día de su boda?.
Por último recordó y quiso poner claro que ?no vamos en contra de nadie; expresamos lo maravilloso que es un matrimonio entre un hombre y una mujer, abierto por naturaleza a la vida, y lleno de la gracia sacramental, de la presencia única de Dios, en el corazón de esos esposos y de su hogar?.