El delegado territorial, Manuel López, se ha reunido en San Pedro Manrique con 11 alcaldes de la zona de Tierras Altas, a los que ha explicado las principales directrices del nuevo modelo de Ordenación y Gobierno del Territorio que quiere poner en marcha la Junta de Castilla y León.
Esta es la segunda de las diez reuniones que Manuel López tiene previsto desarrollar en los próximos meses, hasta junio, con alcaldes de las diferentes zonas de la provincia. Como ya hiciese en la reunión celebrada el pasado día 14, en Arcos de Jalón, Manuel López ha ofrecido la colaboración del Gobierno Regional para resolver todas las posibles dudas y ha comprometido un debate abierto en el que los interesados puedan realizar sus aportaciones, que serán recogidas y estudiadas por la Junta. La próxima convocatoria se celebrará en la primera quincena de marzo con los alcaldes de la zona de Gómara.
Manuel López ha expuesto a los alcaldes de Tierras Altas que la clave del nuevo plan de ordenación radica en fortalecer las entidades locales, promoviendo una referencia territorial más sólida y fuerte para la acción de las administraciones públicas, que permita mayor coordinación y eficiencia entre ellas.
El modelo insiste en el mantenimiento de los municipios, buscando una prestación de servicios públicos más eficiente y mejorando la coordinación de la planificación sectorial. ?El objetivo es fomentar un mayor equilibrio y cohesión territorial en la Comunidad, y todo para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos?, ha recordado el delegado.
Estos fines se han de conseguir a través de economías de escala, para evitar la creación de nuevas estructuras. El objetivo, ha remarcado Manuel López, es facilitar la colaboración y cooperación entre administraciones y simplificar administrativamente las gestiones públicas. Es aquí donde entra en juego la constitución ordenada de asociaciones voluntarias de municipios, los denominados Distritos de Interés Comunitario, que serán las nuevas unidades básicas de la ordenación del territorio. Por su peculiaridad de población y competencias, también constituirán distritos, sin necesidad de asociarse, los municipios de más de 20.000 habitantes.
Con el nuevo modelo se reordenará además el mapa de las mancomunidades, que componen un sistema desequilibrado y redundante. En Castilla y León existen 239, y el 89,7% de los municipios participan en alguna de ellas. En Soria hay 13 mancomunidades, 6 entidades asociativas tradicionales y un consorcio. Los municipios mancomunados son 88, que suman una población de 68.674 habitantes (72,1% del total). Los nuevos distritos se asentarán sobre un territorio con continuidad espacial y contarán con competencias y servicios determinados y uniformes. Se garantizará que cada municipio pertenezca a un único distrito.
NUEVO PAPEL DE LAS DIPUTACIONES
Como ha indicado el delgado territorial, la fragmentación y el pequeño tamaño de los ayuntamientos son los factores determinantes para esta propuesta regional. Es en estos pequeños municipios rurales, como los representados esta mañana en la reunión, donde la creación de Distritos de Interés Comunitario adquirirá singular relevancia de cara a cumplir los objetivos marcados. Los distritos rurales, con problemas específicos muy diferentes a los urbanos, facilitarán el gobierno local y la prestación de servicios, adaptándose a las diferentes peculiaridades territoriales.
En el caso de la provincia de Soria, del total de 183 ayuntamientos, solo la capital tiene más de 20.000 habitantes (Soria). Hay dos con más de 5.000 (Almazán y El Burgo de Osma), cinco entre 2.000 y 5.000 habitantes (Ágreda, Golmayo, Ólvega, San Esteban de Gormaz y San Leonardo de Yagüe), entre 1.000 y 2.000 habitantes otros cinco ayuntamientos (Arcos de Jalón, Berlanga de Duero, Covaleda, Duruelo de la Sierra y Vinuesa), nueve entre 500 y 1.000 habitantes y 161 ayuntamientos con una población de menos de 500 habitantes, de éstos últimos 106 cuentan con menos de 100 habitantes.
Otra novedad del modelo territorial será la racionalización de las funciones de las diputaciones, que participarán en la implantación de los nuevos distritos, colaborando en su funcionamiento ?en particular de los distritos rurales-.Todo ello facilitará una mayor coordinación de funciones y competencias con la Comunidad Autónoma. Se trata, por tanto, de adecuar las funciones de las diputaciones a una nueva realidad de Ordenación del Territorio y de gestión de los recursos en la provincia, basada no sólo en la realidad municipal sino también en la existencia de los distritos.
El nuevo modelo exigirá de las diputaciones redefinir y modernizar su cartera de competencias y servicios; racionalizar la cooperación económica, ajustando los planes provinciales y los propios a la realidad de los distritos; mejorar la cooperación funcional, complementando los recursos humanos de los distritos; y potenciar los instrumentos de coordinación con la Junta, evitando la duplicidad en servicios.