Desde los versos de Antonio Machado, dentro de su obra Campos de Castilla: ? Y la niña que yo quiero/ay, preferirá casarse/ con un mocito barbero?, surge la trama de la novela de Alejandra Mateos que dentro de la programación de los jueves sorianos se presentó en la Casa de Soria en Madrid.
Alejandra Mateos, periodista de profesión, con siete años de ejercicio en Heraldo de Soria, fue introducida por el presidente de la Casa, José María Aceña y por el diputado soriano Félix Lavilla, quien resaltó el rigor informativo y la exigencia de datos que Alejandra recababa en los tiempos en los que ejerció su menester informativo en Soria.
A continuación, la autora desgranó la arquitectura novelesca en la que el protagonista es Manuel, hijo de un barbero y enamorado de la niña Leonor, la cual, tras plantarlo en un lunes de Bailas, lo desplazaría en sus preferencias por aquel señor mayor y profesor del Instituto, que componía poemas y que había vivido en París. Partiendo de la ficción, Alejandra Mateos sitúa a Manuel como trabajador a las órdenes del investigador Adolf Schulten, alemán que había llegado a Soria a fin de sacar a la luz la ciudad celtíbera de Numancia.
La ficción no es óbice para que Alejandra nos muestre esa Soria de principios de siglo, con escasos siete mil habitantes, en la que todos tienen su mote, y en la que se editan cinco periódicos de distintos tintes políticos, suponiendo la boda de Machado con Leonor una conmoción en la ciudad. Así pues, se funden la imaginación bien tramada con el friso de personajes reales que deambulan por lugares conocidos, desde el Casino hasta la Dehesa, que entonces se llamaba Paseo de las Flores, reseñas de liturgias sorianas y el Casino como referente de pautas sociales.
De la gestación del libro, la autora nos contó que pudo sacar motivo de inspiración tras conocer a Leonor, sobrina de Antonio Machado, quien le suministró para un reportaje alguna pista sobre los escasos datos existentes sobre la esposa de su tío Antonio, de la que derivó una novela que armoniza la ficción con una realidad recuperada en muchas horas de bibliotecas y archivos, de cuya labor ha resultado un libro de fácil y de amena lectura, y que nos hace recorrer una Soria de principios de siglo, con fondo de la pasión amorosa, alejadada de platonismos, de Manuel, el hijo del barbero, y que nos traslada al latido de aquella ciudad que conoció el poeta desde 1908 a 1912, al tiempo que se excavaban las tierras próximas en busca de los restos de lo que fue Numancia.