Los zaguanes de las casas de Oncala se transformaron ayer en escenarios del belén viviente recreado, donde no faltaron lavanderas, pastores o carpinteros y otros oficios tradicionales. Docenas de personas siguieron con atención la representación del Belén viviente, mientras otras visitaban los museos locales de los tapices y de la trashumancia, o recorrían los estands de la feria. En ellos se podían encontrar quesos y embutidos de la zona, dulces y turrones, artesanía o el famoso cardo de Ágreda. Productos que no pueden faltar en una mesa navideña, incluido el adorno de acebo, convertido ya en la seña de identidad de localidad serrana de Oncala.
La IV Feria del Acebo, organizada por el Ayuntamiento y la Mancomunidad de Tierras Altas, continúa hoy con excursión al acebal, talleres de adornos de acebo, la exposición y venta de productos, o las visitas libres a los dos museos de los tapices y de la trashumancia.