En el cruce de barrancos de Fuentebella, en un terreno durísimo y con climatología adversa, no se consiguió localizar la ubicación de la fosa que alberga los cuerpos de Valentín Llorente (maestro de Igea y de Fitero) y Antonio Cabrero (alcalde de Pitillas).
Tras una fuerte granizada, el sábado por la tarde se dieron por finalizadas las tareas de búsqueda. La familia del que fuera alcalde pitillano, impulsora desde hace 77 años de su búsqueda y en concreto Ander (desde hace 13), nieto del alcalde, junto a miembros de la Asociación Recuerdo y Dignidad y de la Fundación Aranzadi dejaban el cruce del barranco Pertigoso con el Moscares con un sabor agridulce. Por un lado se había acudido con personas especializadas y de contrastada experiencia, pero por otro seguía sin aparecer el cuerpo de Cabrero.
La vidas de Antonio Cabrero y Valentín Llorente fueron ?ejemplares? según indican desde la Asociación Recuerdo y Dignidad. El primero de ellos liberó las tierras del común del pueblo, ?que habían sido usurpadas ilegalmente por los caciques locales?, por lo cual el pueblo le compuso una jota titulada ?La Vara de la Libertad?.
Valentín fue un maestro republicano que enseñaba matemáticas a los pastores que le escondían de quienes le buscaban para acabar con él. Muy pronto, esta historia ?de película? se verá plasmada en un libro.
Por otro lado, desde Recuerdo y Dignidad resaltaron que dependerá de la familia si se vuelve o no a acudir al barranco para seguir buscando los cuerpos de estos dos últimos. Se baraja la creación de un campo de trabajo, la vuelta otro fin de semana o continuar buscando respuestas entre los pueblos cercanos. No se descarta una nueva intervención, aunque esta decisión ?no será inmediata?.
En Barcones, tras tres duros días de trabajo, se encontraron los restos que habían sobrevivido al paso del tiempo de siete personas. La primera fosa, localizada el 25 de mayo de este año, resultó que contenía los cuerpos de seis personas (y no cuatro como se anunció en un principio). Inmediatamente se dio con la fosa que albergaba los cuerpos de Juan Pablo Rica, Máximo Redondo, Juan Ballano, Cándido Muyo, Bernabé Esteban y Mariano González.
Mientras se intervenía en ésta, se buscaba en el prado junto al ?Colmenar de la tía Leonor? la otra fosa. El sábado, a mitad de la mañana aparecía una segunda fosa. Una mandíbula indicaba que se había dado con un enterramiento, pero el paso de las horas durante el trabajo de los técnicos de la Fundación Aranzadi, dirigidos por el antropólogo forense Francisco Etxebarría, revelaba que solo había un cuerpo. Con cierta incertidumbre se rescataron los siete cuerpos para contrastar en el laboratorio sobre la identidad de estas personas. ?En unos meses tendremos la identificación de las personas que coincidan con las muestras genéticas recogidas a familiares?, señalaron.
Tras los resultados se estudiará el siguiente paso a seguir, aunque no se descarta continuar paralelamente a los trabajos de laboratorio con trabajo de campo y volver al pradillo de Barcones a acabar de revisar la finca, ya que no pudo completarse totalmente la inspección de todo el espacio. Las investigaciones preliminares localizaban en el prado entre Barcones y Atienza a diez personas en dos fosas y un testigo, que de niño vio los asesinatos, hablaba de once, por lo que no se da por finalizada la búsqueda de los 10 de Barcones.
Durante el fin de semana acudieron a presenciar la exhumación más de ciento cincuenta personas entre vecinos, miembros de la ASRD, técnicos de Aranzadi, familiares, integrantes de CGT, Olimpia, CNT Guadalajara y varias Asociaciones memorialistas de otras provincias y personas que se acercaron a dar su apoyo a los responsables de estas labores de búsqueda.