Soria arranca mayo con la pingada de 'mayos' para despedir el largo invierno y festejar la llegada de la vital primavera
La provincia de Soria arranca el mes de mayo con una explosión vital y festiva, la popular y ancestral fiesta de los mayos, que supone una despedida al largo invierno. Se trata de una celebración primaveral, que ?tenía connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles, que se ha ido perdiendo con el paso de los tiempos?, según señala Carolina Álvarez Navarro, de Bayubas de Arriba, localidad que este año recupera la tradición, como también lo hace Covaleda, y en años anteriores lo hicieron otros pueblos, especialmente de Pinares
Aunque esta fiesta estuvo muy extendida por la provincia, en estos momentos la pingada del mayo se concentra en la comarca de Pinares y mitad norte de la provincia. El pino es el árbol que se pinga, preferentemente, aunque también se utiliza el chopo en alguna localidad.
?La celebración de las fiestas mayales es común en muchos países de Europa, donde existen variantes similares de la misma festividad?, recuerda Carolina Álvarez. ?La costumbre de pingar el pino está heredada de los antepasados, quienes consideraban el acto como un símbolo de la virilidad y fertilidad y el saludo anual a la primavera. Algunos investigadores apuntan a la tradición de conseguir el tesoro, simbolizado en un detalle que siempre era colocado en la parte alta del pino?, añade Álvarez.
?Júntense, pues, por mayo, todos los mozos de todos los pueblos, como ha venido siendo tradición inveterada, para reconciliarnos una vez más el espíritu de la vegetación acercándola al epicentro de la comunidad. Porque el ?mayo?, árbol verde rezumante de savia, trae al pueblo la nueva vida, para nosotros tan necesaria?, concluye Álvarez.
Este miércoles, primero de mayo, se pingan al mediodía los mayos en las localidades de San Leonardo, Navaleno y Molinos, un acto que está ligado a la corta del pino en el monte, previamente, y a la jornada festiva que se lleva a cabo en torno a esa pingada del tronco, que se hace con tijeras de madera y sogas, para levantarlo. Por supuesto, no falta música y almuerzos y comidas colectivas.
El día 3 harán la fiesta de la pingada en Salduero (coincidiendo con la fiesta de la Cruz de Mayo, en la que también se bendicen los campos) o Santa María de las Hoyas; y el sábado cuatro de mayo en Cabrejas, Bayubas de Arriba o Covaleda.
Otros pueblos han encajado la colocación del mayo en sus fiestas patronales, aunque sea meses después. Es el caso, por ejemplo, de San Pedro Manrique, que coloca el mayo en junio, Vinuesa en agosto o Duruelo en septiembre.