Las otras dos candidatas castellanoleonesas a obtener la certificación son Burgos y Valladolid, que pretenden con ello adquirir una imagen de "compromiso de acercar productos de Comercio Justo a la ciudadanía a través de las administraciones públicas, la comunidad educativa, el tejido empresarial y el sector asociativo". Para lograr la denominación, las ciudades candidatas deben cumplir cinco criterios entre los que se encuentran la aprobación de una resolución favorable al Comercio Justo y al consumo de estos productos por parte del ayuntamiento; la oferta de dichos bienes en cafés, restaurantes y tiendas del municipio, o el compromiso del sector privado y organizaciones para introducir los productos en su consumo interno. Los otros dos requisitos son comunicar y sensibilizar a la ciudadanía, y crear un grupo de trabajo local que coordine el programa.
De ellos, la capital leonesa ha cumplido todos salvo el de ofrecer productos de Comercio Justo en los cafés y demás establecimientos, un criterio que incluye el empleo de uniformes y toallas de algodón por parte de sus empleados para concienciar a sus clientes, para lo que también es preciso incorporar el Comercio Justo a las políticas de responsabilidad social de la empresa y colaborar en la difusión de las campañas organizadas por colectivos sociales. Para lograr este último criterio, el grupo de trabajo ''León, ciudad por el Comercio Justo'' ha puesto en marcha el envío de café "justo" con información sobre las características y ventajas del producto, algo que ha tenido "muy buena acogida" por parte de empresas y consumidores en los dos años que se lleva realizando, según han subrayado sus responsables.
Por su parte, en Valladolid se ha creado ya el grupo de trabajo correspondiente que coordine el programa y se han realizado actividades de comunicación para sensibilizar a la ciudadanía y otros agentes tanto públicos como privados para conseguir su vinculación a favor del Comercio Justo. Asimismo, la ciudad trabaja en estos momentos para incluir estos productos en los establecimientos vallisoletanos y para comprometer a las empresas y organismos en la adopción del Comercio Justo para su consumo interno, como en máquinas expendedoras o servicios de catering, así como en el empleo de materiales promocionales y productos de Comercio Justo en sus regalos de cortesía o cestas navideñas. Sin embargo, la asignatura pendiente de Valladolid es la aprobación de una resolución por parte del Consistorio y la incorporación de estos productos a las compras municipales.
Quien sí trabaja para lograr la denominación de ''Ciudad por el Comercio Justo'' es el Ayuntamiento de Burgos, una ciudad que aún no ha cumplido ninguno de los requisitos marcados por Ideas, aunque la ciudad trabaja en estos momentos en todos los criterios, según ha confirmado la ONG. La concejal de Servicios Sociales del Consistorio burgalés, Ana María Lopidana, ha insistido en que la capital es una de las ciudades que "más apuesta en la cooperación económica" y recordó que destina "el uno por ciento de sus ingresos a cooperación". Asimismo, Lopidana ha reiterado su apuesta por inculcar en los ciudadanos el "consumo responsable".