Un pedacito de Soria en el barrio de Salamanca en Madrid

La historia de la abuela Aurora es de ida y vuelta. De su Galicia natal emigró a Buenos Aires con el pedigrí de gran cocinera. Allí conoció a Paulino, su marido, natural de Soria, y después de estar algunos años haciendo patria, decidieron regresar y montar una casa de huéspedes en Navaleno.

Allí, María Luisa compaginó la cocina con la política, fue diputada nacional por Soria en la legislatura del 86, pero se sentía más realizada en los fogones que en el Parlamento y decidió seguir su aventura en Madrid, en el local que fue la emblemática Casa Poli.

Su especialidad son las setas, la caza y las trufas; en su carta tiene un apartado dedicado a los caprichos micológicos y a la trufa. Tiene setas todo el año, si bien el otoño y la primavera son la época donde se encuentran con mayor variedad.

La cocina la dirige ella y aplica las recetas tradicionales que le enseñaron su abuela y su madre, con la estimable colaboración de Nuria, que es su mano derecha.

Tiene tres comedores situados en tres lugares diferentes, debido a las características del local. El primero es cuadrado, dispone de cinco mesas y es el más cercano a la puerta de entrada. El segundo a la izquierda de éste y en distinta altura, y el tercero a continuación, ambos separados por el pasillo y puertas.

Su decoración es distinta en los tres comedores, si bien los dos primeros conservan el viejo ladrillo visto y las paredes que lo separan estucadas en azul añil. Tiene mesas redondas y cuadradas, vestidas con mantelería en azul sobre blanco, que le da un toque rústico y vanguardista a la vez.

La decoración es competencia de Ángel Valdivieso, el marido de María Luisa, que la ha cuidado con esmero. Ha colocado cuadros sobre sus paredes, ha enmarcado los diplomas y los premios otorgados... En el segundo comedor hay una vitrina iluminada con herramientas y aperos de labranza y en sus estantes libros y utensilios diversos que son la base de la decoración. Destaca el delantal de la abuela que utilizaba cuando estuvo en Argentina, la cocina de leña o carbón que empleaban y algunos recuerdos de la antigua casa de Navaleno, como la radio que les servía de compañía y las viejas recetas que tenía la madre de María Luisa y que hoy se siguen al pie de la letra.

Su cocina es tradicional, y nunca mejor dicho sigue la tradición de su tierra natal. Sin equivocarme diré que es la Embajadora de Soria en Madrid. Bueno, para ser políticamente correcto, la de Castilla León.