La agrupación ecologista ASDEN ha remitido un comunicado en el que ponen en evidencia derrames de forma "sistemático" de la EDAR al cauce.
"El Val, situado a los pies del Moncayo, es un río muerto porque todos los estamentos administrativos (Estado, CC AA, y ayuntamientos) omiten su deber de control, vigilancia y sanción", han señalado este lunes en el colectivo ecologista.
Así, han recordado hace años este río presenta "permanentemente abundantes espumas, olores desagradables, agua turbia y nula presencia de fauna acuática". Además, según apuntan "origina la eutrofización del embalse de El Val, que en teoría debería tener un agua de calidad porque abastece de agua a los pueblos ribereños del Queiles de Aragón y Navarra". Este embalse, inciden, es vedado de pesca, refugio de fauna silvestre y está incluido en la Red Natura 2000 como ZEPA.
"Este catastrófico estado ecológico del río Val es percibido por los visitantes que vienen atraídos por las costosas infraestructuras recreativas y por las campañas publicitarias del Ayuntamiento de Ágreda" han apuntado, añadiendo que "paradójicamente" al Consistorio agredeño a le ha sido abierto un expediente sancionador por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), según este colectivo dice haber tenido conocimiento. .
Los hechos que se le imputan vienen dados por "vertido de aguas residuales procedentes de la EDAR (estación depuradora de aguas residuales) de Ágreda" ubicada en el paraje conocido como Plazarín al cauce del río "de forma sistemática". Un derrame que se ha efectuado, "sin haber adoptado medidas para minimizar la incorporación de aguas limpias a la red de saneamiento al menos a partir junio de 2014, que es cuando se le requirió".
Sobre esto último, en ASDEN han recordado que se sancionó con 6.000 euros a los ayuntamientos de Ágreda y Ólvega por un vertido en 2012, "en el que se puso en evidencia ese mismo problema, que como vemos sigue sin resolver" aluden los ecologistas.
"En el expediente actual presuntamente hay reincidencia e incumplimiento de autorización durante dos años y deterioro de una masa de agua que tiene un elevado valor natural y que está destinada a abastecimiento humano. Todo ello al ridículo precio de 2. 000?.
"Estos hechos demuestran la falta de rigor en la vigilancia y control de las administraciones ambientales, en este caso la Consejería de Medioambiente y la Confederación Hidrográfica del Ebro, y la total voluntad del Ayuntamiento de Ágreda por no cumplir con la legislación ambiental" acusan.
"Una vez más comprobamos que en Soria el que contamina no paga, o paga muy poco" concluyen.