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La estela de Marco Licinio Nepote, ‘Pieza del mes’ del Museo Numantino

La estela de Marco Licinio Nepote, ‘Pieza del mes’ del Museo Numantino

Actualizado 12/01/2018 17:42

Gracias a esta pieza, procedente de Osma, los asistentes descubrirán uno de los aspectos más interesantes de la cultura romana: su religión y sus creencias sobre la muerte y una vida futura.

El Museo Numantino, gestionado por la Junta de Castilla y León, ha elegido la estela de Marco Licinio Nepote, descubierta a fines del siglo XIX en Osma, al parecer cuando un vecino comenzó a excavar una bodega en la pared del cerro sobre el que se apoya el pueblo, como ‘Pieza del mes’ para enero, febrero y marzo.

Esta actividad constituye una oportunidad para conocer más detenidamente algunos de los bienes expuestos en el Museo, mediante una explicación detallada durante las visitas guiadas que se desarrollan gratuitamente los sábados a las 12.00 horas, con una duración aproximada de treinta minutos.

La estela es un monumento conmemorativo que se erige a modo de lápida. En el mundo romano su uso está muy extendido y ha ayudado a descubrir cuáles eran los distintos ritos de enterramiento, además de que aportan otro tipo de información como quién es el difunto, cuándo y cómo murió, quién encarga la estela, etc.

La de Marco Licinio Nepote es una estela de mármol blanco con cabecera semicircular, a la que le falta una porción indeterminada de la parte inferior. Aun así, las dimensiones de lo que queda son impresionantes: 202 centímetros de alto por 52 de ancho y 28 de grueso. Gracias a esta pieza, con la que el Museo Numantino inaugura el año, es posible descubrir uno de los aspectos más interesantes de la cultura romana, su religión y sus creencias sobre la muerte y una vida futura.

Epitafio

Aunque se trata de un epitafio, la inscripción queda perdida en la riquísima y variada decoración que la acompaña. El panel superior aprovecha su forma absidada para representar en el centro una rueda con radios (movimiento) en clara alusión al carácter divino del sol; rodeando el hexasquel vemos lo que se describe a veces como una doble guirnalda pero que es, más probablemente, un torques; cierran el panel dos delfines afrontados y separados por un árbol.

El registro inferior está ocupado en su totalidad por un voluminoso y panzudo vaso con peana marcada y cuello largo ansado. Tanto el jarro como la composición general del epígrafe tienen un estrecho paralelo en una estela similar descubierta a mediados de los años noventa del pasado siglo en el paramento externo de la torre de la iglesia de San Miguel, en San Esteban de Gormaz.

Entre los dos paneles ornamentados está el epígrafe, que se grabó en una cartela recuadrada por una simple moldura. Lo que se representa es lo que los antiguos llamaron tabula ansata, es decir, una tablilla encerada con las orejetas que permitían suspenderla o fijarla a una pared.

De la lectura del epitafio se desprende que Marciana y Nepotila pusieron la estela en recuerdo de su padre M. Licinio Nepote, que murió a los 50 años. Es destacable el contraste entre la fina talla de la ornamentación y el trazo más descuidado del epígrafe. También es digno de atención el que todas las palabras (y siglas) están sistemáticamente separadas mediante puntos a mitad de línea y las dos letras enlazadas de la abreviación AN de ‘an(norum)’.

Lo más notorio de la pieza es su decoración, que según los expertos es un magnífico ejemplo del gusto celta, lo que puede sorprender si se contrapone con la onomástica de los personajes, que es básicamente romana. Alternativamente, también se puede considerar esta estela como un buen ejemplo del mestizaje cultural y artístico existente en las comarcas del Duero durante los primeros siglos del Imperio.

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