El coste total de la intervención en la ermita de San Bartolomé, dependiente de la parroquia de Ucero y enclavada en el Parque del Cañón del Río Lobos se estima en más de 90.000 euros.
Este lunes 15 de octubre, comienzan las obras de restauración de la ermita de San Bartolomé, dependiente de la parroquia de Ucero y enclavada en el Parque del Cañón del Río Lobos. Se prevé que los trabajos, adjudicados a la empresa Construcciones Llorente, se prolonguen durante los próximos dos meses y medio.
“Desde la parroquia de Ucero, que es la promotora de la obra”, afirma uno de sus dos sacerdotes, José Sala Pérez, “hemos querido centrarnos, siguiendo el consejo de los arquitectos diocesanos y con el visto bueno de la Junta de Castilla y León, en abordar algunas mejoras tanto en el exterior del templo como en el interior”. Así, en el exterior se hará un retejo de la cubierta y se restaurará la portada principal, dañada por la erosión propia del paso del tiempo “aunque también causada por personas amigas de lo ajeno que se han llevado alguna columna, partes de capiteles y ornamentos decorativos”. Los trabajos que se realizarán en el interior consistirán en el saneamiento del suelo, con el consiguiente seguimiento arqueológico, y la restauración de parte de los paramentos de paredes y bóvedas.
El coste total de la obra se estima en más de 90.000€ (91.175,96€) que serán asumidos íntegramente con fondos de la ermita.
La ermita, que conserva en su interior la venerada imagen de la Virgen de la Salud, fue construida en las primeras décadas del S. XIII, en estilo románico muy tardío y sobrio, al gusto cisterciense. Todo el edificio es de perfecta sillería. Posee planta de cruz latina con crucero más bajo que la nave y ábside semicircular. El ábside es muy sobrio con dos pilastras a modo de columnas y ventanales de arco de medio punto rodeado por guardapolvos con puntas de diamante. También tiene estas pilastras en la unión con el presbiterio. Los hastiales del crucero llevan sendos óculos circulares con tres roscas y hermosas celosías. A pesar de su trazado sencillo, las formas geométricas trazadas son diversas. Cinco corazones entrelazados dibujan interiormente una estrella de cinco puntas invertida cuyo corazón es un pentágono.
La puerta meridional tiene seis arquivoltas apuntadas con decoración de baquetones, puntas de diamante y rosetas, además de seis columnas cuyos capiteles tiene cabecillas humanas entre flores y hojas. Los canecillos de la ermita son figurados, mostrando objetos simbólicos como el sol, la luna, crismones, parejas de personajes en diferentes actitudes, cabezas humanas, etc. En el interior, la bóveda de la nave es de cañón muy apuntado y la del ábside lleva nervios apuntados protogóticos.