Denuncian “condiciones subsaharianas” en Aleia Roses

“Las rosas de Aleia tienen muchas espinas” así describen los responsables sindicales de CCOO en Castilla y León la situación en la planta de flores de Garray. Denuncian “un ratio de despedidos totalmente desproporcionado” con cerca de 100 despidos, “muchos de ellos improcedentes” en lo que va de 2018.

CCOO señala que las condiciones son más propias de países subsaharianos que de España dando lugar a una “situación totalmente anómala e insostenible”. Aseguran que los trabajadores viven con miedo e incertidumbre y que hay “una represión inaceptable y arbitraria” contra aquel que levanta la voz.

Los datos puestos sobre la mesa por Juan Manuel Ramos y Miguel Angel Brezmes de la Federación de Industria de Comisiones Obreras de Castilla y León, señalan cerca de 100 despidos este año, en una plantilla de 380 trabajadores. “Salta a la vista” que algo no va bien lamentaban. El sindicato asegura que se despide a quien participa de las actividades sindicales, quien pide sus derechos o solicita una baja médica.

Desde CCOO cargan directamente contra el responsable de recursos humanos de la fábrica a quien considera que actúa “como si esto fuera su cortijo, disponiendo como le conviene de la vida de sus empleados”. Denuncian que los trabajadores tienen que estar disponibles para trabajar todos los festivos del año y que la empresa se aprovecha de la situación de vulnerabilidad de los trabajadores.

Plantilla

CCOO informa que más de la mitad de los trabajadores de Aleia Roses son inmigrantes con más de 20 nacionalidades representadas por personas “que no tienen otra alternativa que trabajar en Aleia” y señala que la empresa “se está aprovechando de esa debilidad”.

Los responsables sindicales han indicado que las condiciones laborales “están por debajo de lo que marca el estatuto de los trabajadores en algunos aspectos” y, en cualquier caso, muy lejos del convenio colectivo negociado para el sector.

Por un sueldo de entrada inferior a 800€, con complementos arbitrarios y calculados sobre el salario base, los trabajadores tienen que aguantar “situaciones que creíamos que estaban superadas hace tiempo en España” señalan desde Comisiones.

El sindicato lamenta el “silencio cómplice” de UGT, que tiene mayoría en el comité sindical de la empresa y piden a la inspección de trabajo que actúe. Vulnerabilidad y miedo son las dos tónicas de unos trabajadores que “vienen a vernos a escondidas, fuera de la fábrica para no ser despedidos”.

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