Según el último informe de Faconauto, en esto influye decisivamente la caída de las ventas de vehículos diésel.
Las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los coches nuevos vendidos en Castilla y León se situaron en 120 gramos por kilómetro recorrido en el primer semestre del año, lo que supone un crecimiento del 1,69% respecto a la media del mismo periodo del año pasado, según datos de la consultora MSI para la patronal de los concesionarios, Faconauto. De esta manera sigue empeorando este dato, después de haber experimentando aumentos en los dos últimos ejercicios.
La caída en las matriculaciones de los coches diésel de última generación que emiten menos CO2 que los de gasolina y que suponen ya sólo el 28% del mercado castellanoleonés, es la clave que explica este incremento, a juicio de la patronal. Las ventas de coches diésel cayeron en Castilla y León un 31,9% hasta junio, y las de gasolina aumentaron un 2,2%, suponiendo el 61,6% de todas las adquisiciones.
Por su parte, en lo que va de año los eléctricos han representado el 0,4% de las matriculaciones en Castilla y León, mientras que los híbridos (gasolina o diésel/motor eléctrico) un 9,2% y los híbridos a gas (GLC y GNC) un 0,1% en la región.
A pesar de que se está estrechando la diferencia, los motores diésel emiten todavía hasta 20% menos de CO2 que los equivalentes de gasolina, por lo que el descenso en sus matriculaciones, junto al repunte de los de gasolina, explica el mal dato de emisiones medias en lo que va de año.
La patronal ha indicado que la última generación de vehículos diésel puede jugar un papel importante para alcanzar los objetivos climáticos y la descarbonización del transporte en el futuro cercano. Los países de la Unión Europea han alcanzado acuerdo para reducir las emisiones de dióxido de carbono de coches y furgonetas en un 35% en 2030.
Dentro de su hoja de ruta para el periodo 2020-2025, Faconauto ha propuesto poner en marcha un Plan Nacional de Impulso a los Vehículos de Bajas Emisiones al que se destinarían 1.500 millones de euros para promover su adquisición, así como para la instalación de puntos de recarga.
“La llegada real al mercado de los vehículos de bajas emisiones será clave para lograr reducciones significativas de CO2, pero pasa por la disponibilidad de la infraestructura de recarga. Al respecto, el liderazgo de las Administraciones Públicas, de la mano de iniciativa privada, para intensificar las inversiones en infraestructuras no está siendo suficiente, a pesar de ser determinante, como sí ocurre en otros países de nuestro entorno. Todo apunta a que la llegada del vehículo eléctrico se acelerará impulsado por las exigencias medioambientales europeas, pero al mismo tiempo las tecnologías de combustión son todavía el presente y hay que trabajar con ellas para asegurar nuestra movilidad en este periodo de transición” ha indicado el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez.