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4.000 jóvenes salieron de Castilla y León a otras comunidades en 2019

4.000 jóvenes salieron de Castilla y León a otras comunidades en 2019

Actualizado 12/08/2020 12:01

Todas las provincias se sitúan en la mitad baja de porcentaje de población joven, con cuatro en los últimos puestos. El teletrabajo, una opción para la España vaciada.

Castilla y León fue la segunda comunidad autónoma que más jóvenes perdió por emigración a otras comunidades el año pasado, 3.844, solo por detrás de Andalucía (-6.581). Sin embargo, con un análisis más profundo de esta cifra, se ve que para Castilla y León es mucho más grave que para la región del sur. Andalucía tiene más del triple de población y, además, sus provincias están en la mitad alta de la tabla de porcentaje de población joven.

Castilla y León, sin embargo, tiene a las nueve provincias en la mitad baja, con Zamora de penúltima (17,12% de personas entre 16 y 35 años), junto con León, Valladolid y Palencia entre las diez con menos juventud. Segovia es la provincia con más población joven y se queda en el 20,13%. Son datos analizados en el informe sobra la “Situación sociolaboral de la juventud en España 2019-2020”, elaborado por el Departamento Confederal de Juventud de USO con motivo del Día Internacional de la Juventud que se celebra hoy.

“En Castilla y León, de aquí a unos años, no vamos a poder celebrar nada, porque no va a haber quien lo celebre”, lamenta Marco Antonio Martínez, secretario general de USO en Castilla y León. En el reciente Congreso, USO-Castilla y León elaboró una resolución especial para trabajar fijando población con proyectos industriales y de innovación. “Los fondos europeos para la reconstrucción van en la línea de esos proyectos, un futuro de empleo de calidad para los jóvenes y las comarcas enteras. Esperamos que desde el Gobierno autonómico se luche por conseguirlos”, pide Martínez.

Otra modalidad de trabajo que podría ser positiva para regiones como Castilla y León es el teletrabajo: “hay provincias muy cercanas a grandes ciudades que pueden ser un buen lugar para instalarse si no existe la obligación de un trabajo continuamente presencial. Además, ahí la juventud cuenta con una ventaja con respecto a la ciudad: una vivienda más asequible, tanto en alquiler como en compra”, señala Yago Sáenz, responsable del Departamento Confederal de Juventud de USO.

Sáenz recuerda que “el problema de provincias con poca población, como la mitad de las de Castilla y León, es que los obstáculos para la juventud no llegan con el empleo, sino antes, pues la oferta formativa es muy limitada. Ahí también puede ayudar mucho la digitalización”.

El paro juvenil roza de nuevo el 40%

En el conjunto de España, el paro juvenil ha vuelto a dispararse en el primer trimestre de pandemia. El desempleo entre los menores de 25 años ha crecido un 6,62% desde el primer al segundo trimestre de 2020, más entre las mujeres, y vuelve a rozar el 40% (39,61%). Es decir, 4 de cada 10 jóvenes que quieren trabajar no pueden hacerlo.

“Son unas cifras mucho peores que para la población en general. La cifra de paro fue según la EPA del 15,33%; es decir, subió algo menos del 1%, frente a casi el 7% entre los jóvenes. No podemos permitir otra generación perdida cuando aún muchos de quienes llegaron a la edad laboral en la última década han podido estabilizarse en el empleo”, pide Yago Sáenz, responsable del Departamento Confederal de Juventud.

El informe también recoge la evolución de las nuevas altas de jóvenes en el SEPE. En junio de este año, 53.026 menores de 35 años se dieron de alta como demandantes de empleo. Esto supone un 26,45% de quienes lo hicieron en junio de 2019. Sin embargo, justo antes del estado de alarma, en febrero, las nuevas demandas de empleo entre jóvenes se habían reducido a 33.276.

Bajan los “contratos exprés”, crecen los “contratos incertidumbre”

Los efectos del covid en los contratos de la juventud ofrecen luces y sombras. La contratación de menores de 34 años se ha desplomado en junio de 2020, como también ocurre con la contratación general. Se han firmado poco más de la mitad de contratos que en 2019, pero con cambios de tendencia.

“Han bajado drásticamente las contrataciones por menos de una semana. Los jóvenes son el caladero habitual de los contratos exprés del turismo y hostelería, y este año el sector está muy golpeado. Y ha crecido el porcentaje de contratación indefinida. Son menos puestos de trabajo que el año pasado, pero una mejor proporción. Desde USO, entendemos que esto se debe a la necesidad de competencias digitales en los nuevos empleos, para las cuales los jóvenes suelen estar mejor formados”, analiza Sáenz.

Por el contrario, el responsable de Juventud-USO se fija en el crecimiento de los contratos de duración indeterminada. “El contrato por obra y servicio es una de las mayores trampas de nuestra legislación laboral. La mayoría enmascara necesidades estructurales que se visten de temporalidad, y hoy suponen un 7% más del total de los contratos que hace un año”.

Las crisis de la juventud y sus efectos en la demografía La población joven (16-35 años) supone el 20,75% de la población española a 1 de enero de 2020. Con respecto a 2019, la población joven ha aumentado más que la general: 1,52% frente a 0,88%, y lo ha hecho más entre las mujeres que entre los hombres, aunque estos suponen casi el 52% de las personas entre 16 y 35 años.

Una buena parte de este saldo positivo se debe a la vuelta paulatina de la inmigración: “si miramos los saldos migratorios, vemos que seguimos teniendo un déficit de españoles que emigran, normalmente los más formados, mientras que, por otro lado, en 2019 había vuelto a recuperarse la inmigración. Llegaron 245.060 personas de otras nacionalidades y ‘se nos fugaron’ 1.868 jóvenes. Suponemos que, cuando termine 2020, la inmigración se habrá parado en seco por la pandemia. Es importante recordar, frente a movimientos racistas y xenófobos, que, además de una cuestión humanitaria en muchos casos, la llegada de inmigrantes es imprescindible para rejuvenecer nuestra sociedad”, señala el responsable del Departamento de Juventud de USO.

La población se reparte de forma desigual en los tramos anuales. Así, el escalón más numeroso es el de los habitantes de 16 años y, después, a partir de los 27. “Esto se corresponde claramente con los vaivenes económicos de nuestra historia reciente. Así, los mayores de 27 años son fruto del famoso baby-boom de los años 80 y los de 16 años, del último período expansivo, de otro boom, el de la construcción. El hueco intermedio se corresponde con la profunda crisis de la reconversión industrial de los 90. Esto indica que en unos cuatro o cinco años veremos las consecuencias de la crisis de 2008 en la población y, de aquí a 16 años, desempolvaremos este estudio para volver a estudiar cómo la crisis del coronavirus mermó la posibilidad de la juventud de tener hijos por falta de un empleo estable y una vivienda”, augura Yago Sáenz.

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