El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha participado hoy, por videoconferencia, en el acto de apertura, en Arenas de San Pedro, del I Congreso Europeo de Calidad del Aire, que organiza hoy y mañana la Diputación de Ávila, entidad asociada al proyecto europeo NanoSen-AQM Interreg Sudoe, en el que también colabora el Gobierno regional. Durante su intervención, el consejero ha resaltado la importancia de que la Junta haya ya aprobado la Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire en Castilla y León 2020-2030, que servirá para lograr una serie de objetivos a largo plazo mediante una serie de medidas que implican a todos los sectores, especialmente al transporte, la industria y la agricultura y ganadería, con el fin de reducir la contaminación atmosférica, especialmente la contaminación por ozono. El último Informe Anual de Calidad del Aire 2019 señala que el aire que respiramos en Castilla y León continúa siendo bueno, incluso excelente en algunos lugares.
La Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire en Castilla y León 2020-2030 –una de las medidas contra el cambio climático en la Comunidad- parte del diagnóstico a través la toma de datos proporcionados por la Red de Control, formada por 57 estaciones fijas, tanto públicas como privadas, que registra continuamente la concentración en inmisión de los principales contaminantes atmosféricos. Los resultados están recogidos en los Informes Anuales de la Calidad del Aire de la Junta de Castilla y León, y en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR-España) y en el Inventario Nacional de Contaminantes Atmosféricos, ambos del Ministerio competente en materia de medio ambiente.
En base a estos resultados, el consejero ha señalado que la Estrategia fija los “objetivos a cumplir y las medidas de actuación, tanto a corto, como a medio y largo plazo, para la mejora de la calidad del aire y la reducción de la contaminación atmosférica”.
Los objetivos generales que persigue la Estrategia, y que posteriormente se materializarán en planes concretos o programas de trabajo a desarrollar por cada administración, comienzan por mejorar la comunicación e información a la población en materia de calidad del aire y progresar en el conocimiento de la contaminación atmosférica en la Comunidad de Castilla y León.
Fomentar el ahorro y la eficiencia energética y el uso de energías renovables; la adquisición de buenos hábitos energéticos entre instituciones, edificios administrativos, comercio y empresas y entre la población en general; la economía circular y el impulso de las líneas de trabajo en diversos sectores (industrial, agropecuario, forestal…) para implantar sistemas menos contaminantes, más eficientes energéticamente y que permitan la progresiva retirada de combustibles no renovables, así como la implantación de sistemas de generación de energía por procedimientos de biodigestión y otros renovables de bajo impacto ambiental, completan el marco general de los retos de la Estrategia para la Mejora de la Calidad del Aire 2020-2030, que ha aprobado hoy el Consejo de Gobierno.
Las medidas que recoge la Estrategia para la consecución de estos objetivos están diseñadas con dos enfoques: a corto plazo, para solucionar los problemas que afectan a la protección de la salud y mejorar el sistema de información pública y de alerta a la población; y a medio y largo plazo, con medidas dirigidas a fijar y asegurar un mayor control de las fuentes emisoras, en especial, en el caso de las fuentes de contaminantes precursores del ozono, que constituye el problema más importante en Castilla y León y que tiene las soluciones más complejas, por el desconocimiento científico de la formación de este contaminante.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha elaborado el Informe Anual de Calidad del Aire del año 2019. De acuerdo con los datos que en él se incluyen y la evolución de los últimos años, podemos decir que el aire que respiramos en Castilla y León es bueno y, en algunos lugares, excelente.
Durante doce años consecutivos no se han superado los valores límite de protección a la salud establecidos por la Unión Europea y alguno incluso por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en cuanto a contaminantes primarios, es decir, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, benceno, monóxido de carbono, y metales como plomo, arsénico, cadmio y níquel, y partículas en suspensión.
Respecto al ozono -un contaminante secundario que se forma en la atmósfera como consecuencia de complejas reacciones químicas en las que intervienen sustancias naturales, otros contaminantes y la radiación solar, que tiene soluciones complejas, y que constituye el problema más importante en Castilla y León-, durante el año pasado se ha superado el valor objetivo de protección a la salud por esta sustancia en el sur de las provincias de Segovia, zona central de la de Ávila y sur de Salamanca al sobrepasarse el valor legal valor en las estaciones de Segovia y El Maíllo (Salamanca) representativas de esa zona. Tan solo en una ocasión y durante una hora se superó el umbral de información a la población para el ozono y fue como consecuencia de un incendio forestal en la Comunidad de Madrid. .
Teniendo en cuenta las superaciones del valor objetivo de protección a la salud, se está procediendo a elaborar un Plan de Mejora de la Calidad del Aire por Ozono derivado de la Estrategia de Mejora de la Calidad del Aire Regional, que se aprobará a lo largo de 2021 en el que se incluirán las medidas oportunas técnicamente viables para reducir la contaminación por ozono y, sobre todo, fomentar el conocimiento social de esta sustancia que permita la autoprotección de los ciudadanos.
Los resultados de la evaluación de la calidad del aire del territorio se obtienen a partir del análisis de los más de 3.000.000 de registros que recogen más de 200 analizadores desplegados en la región y que se mantienen operativos las 24 horas durante los 365 días del año.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente está colaborando con la Diputación de Ávila en un proyecto Interreg-Sudoe, cuyo objetivo es, entre otros, el desarrollo de nanosensores de bajo coste que permitan el control de la calidad del aire.
El desarrollo de sistemas de medición de bajo coste, como es el caso de los nanosensores, pueden permitir tener una aproximación a la calidad del aire suficiente para mantener informada y protegida a la población, aunque pierdan gran parte de la precisión que tienen los equipos oficiales. Facilitando la monitorización de la calidad del aire de forma masiva, distribuida y ubicua puede permitir determinar si la calidad del aire es buena antes de ir a practicar actividades al aire libre.
El proyecto Interreg-Sudoe ha desarrollado unos equipos con nanosensores con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Instituto de Tecnologías Físicas y de la Información “Leonardo Torres Quevedo”, la Universidad de Extremadura, la Junta de Extremadura, las universidades de Evora y Coimbra en Portugal, el Area metropolitana de Barcelona, dos empresas españolas y dos laboratorios franceses.
La colaboración de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha consistido en aportar los equipos oficiales de medición para contrastar y validar los datos recogidos en paralelo con los sistemas fabricados en el marco del proyecto Interreg. Para hacer esta comparación, se ha elegido un emplazamiento en la sierra de Gredos, en concreto en Navarredonda, puesto que en verano, de forma puntual, en esta zona los niveles de ozono altos y por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente se pretende, además, confirmar la extensión de la zonas en la que los niveles de este contaminante son elevados.