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Setas en Soria: dos son los factores necesarios, y hasta ahora ausentes, para una campaña de otoño aceptable

Setas en Soria: dos son los factores necesarios, y hasta ahora ausentes, para una campaña de otoño aceptable

Actualizado 25/08/2022 21:11

A día de hoy solo ha llovido un 10% de lo que es habitual en la provincia y, aunque la previsión respecto a las floraciones tempranas no es nada halagüeña, los expertos se resisten a dar por perdida la campaña micológica de otoño.

Todavía no ha acabado el verano, pero muchos sorianos (y buena parte de aquellos que visitan la provincia a partir de septiembre) ya tienen la vista puesta en los montes. Se espera con auténtico entusiasmo el momento de armarse con cesta y navaja y salir al monte a 'cazar' las primeras setas pero, aunque las floraciones tempranas de boletus edulis y lactarius deliciosus deberían ser inminentes, este 2022 todo apunta a que estas se retrasarán de forma considerable.

La razón se encuentra en la escasez de precipitaciones. Este verano está siendo anomala y extremadamente seco y las cifras no dejan lugar a dudas: a día de hoy ha llovido tan solo un 10% de lo que sería habitual en Soria durante estos meses. Esto afecta a todos los ámbitos de la vida, pero lo hace especialmente con un sector que depende "decisivamente" de las lluvias y tormentas estivales.

Roberto Rubio, jefe del Área de Gestión Forestal y Recursos Naturales de Cesefor, califica como "nada halagüeña" la previsión a corto plazo. Asegura que el inicio de cada campaña depende de las condiciones climatológicas del año, por lo que "cada año es diferente"; pero sitúa a mediados de septiembre, o incluso final de agosto, para esos primeros brotes en los montes sorianos. Esto prácticamente se da por perdido y todo parece apuntar a que este año habrá que esperar, como mínimo, a la segunda quincena de septiembre.

No obstante, los expertos se resisten a dar por perdida la campaña. "Es muy pronto para sacar la bola de cristal", puntualiza Rubio, que recomienda "esperar a septiembre" para "comprobar si se puede revertir la situación" porque "aunque no sea excesivamente una buena campaña, puede haber setas".

Además, que setas y hongos se desarrollen desde los mecelios y la campaña no pase a la historia como nefasta depende no solo de que lleguen las ansiadas precipitaciones, también es decisivo que baje el mercurio . "No está todo perdido porque puede llover en septiembre, aunque necesitaríamos también que la reducción de horas de sol llegase acompañada de un descenso de las temperaturas", apunta el experto.

Del cambio climático no todo es malo

Muchos son los que se atreven a aventurar que este verano está siendo extremadamente cálido y seco pero será el más benévolo de todos los que están por venir. La preocupación ante el cambio climático es notable y sectores como el micológico parecen especialmente sensibles a él.

Sin embargo, el jefe del Área de Gestión Forestal y Recursos Naturales de Cesefor refiere que "no todas las previsiones que se hacen se acaban cumpliendo" y considera que "si somos capaces de cumplir las medidas de adaptación que se han fijado para un futuro más sostenible, el escenario se vuelve más favorable".

Añade Rubio que "algunos de los cambios pueden ser positivos". Entre ellos sitúa, por ejemplo, el hecho de las temperaturas mínimas no sean tan mínimas, algo que "puede desembocar en campañas micológicas más largas".

Algunos datos para comparar

El peso de la micología en Soria es más que notable. La provincia dispone de más de 210.000 hectáreas de montes regulados, más del 25% de la superficie en esta situación de la región. El Cesefor gestiona una red de parcelas en las que se evalúa la producción de boletus edulis y lactarius deliciosus, algo que permite la incorporación de modelos de previsión basados en datos objetivos.

Según los datos recogidos en estas parcelas, la mediana de producción de boletus edulis (lo que se podría considerar relativo a una campaña aceptable) es de 23 kilogramos por hectárea. En 2019 la producción fue de 32 kilogramos por hectárea, en 2020 de 51 kilogramos por hectárea, y en 2021 de 5 kilogramos por hectáreas.

Respecto al lactarius deliciosis, la mediana de producción se sitúa en 7,1 kilogramos por hectárea. En 2019 la producción se situó en 2,1 kilos, en 2020 alcanzó los 33 kilos, y en 2021 se quedó en 11,7 kilos.

De esta forma se comprueba que es difícil establecer tendencias genéricas en cuando a la producción micológica. Rubio insiste en que "todo depende del año y de la especie" y aconseja apartarse de las "previsiones alarmistas que no se sustentan en datos".

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