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Tener un hijo en un pueblo: La realidad de la atención sanitaria en el medio rural de Soria

Tener un hijo en un pueblo: La realidad de la atención sanitaria en el medio rural de Soria

Actualizado 26/09/2023 09:12

En Covaleda, el servicio actual no alcanza a cubrir las necesidades de los más de 200 niños que dependen del pediatra de este centro de salud pinariego. Con dos días por semana de servicio, que no se cubren si el profesional encargado no puede acudir, las madres piden tener acceso a esta atención especializada igual que si residieran en la capital.

Helena dio a luz a su hija el 27 de julio. Hasta el 5 de septiembre no examinó a su hija recién nacida un profesional sanitario en su centro de salud. Y no fue porque esta madre no quisiera. Pertenece al centro de salud de Covaleda, que engloba a otros 5 municipios más. En total, más de 230 niños reciben atención sanitaria en estas instalaciones, ajustándose a los dos días a la semana que la pediatra designada por la Junta de Castilla y León pasa consulta.

Como no es su primera hija, Helena fue controlando que todo fuera normal, porque pedir cita para el pediatra en el centro de salud era misión imposible y de hecho, la niña tardó más de dos semanas -y muchos intentos de su madre- en quedar registrada en el centro. Sin embargo, siempre le ha acompañado una sensación de preocupación, por tener que ir introduciendo cambios, como el biberón, a ciegas: “Es mi tercer hijo, pero cada uno es un mundo y lo he tenido que ir haciendo todo sola, sin la guía de un pediatra”.

Todo iba más o menos bien hasta que la niña tuvo fiebre y, tras no conseguir que la examinaran en Covaleda, Helena tuvo que partir con ella en un tenso viaje de 45 minutos, de madrugada, hasta el hospital de Santa Bárbara en Soria. “El pediatra de allí me dijo que me la tenía que ver mi pediatra, le dije que no conseguía hueco y que no podía hacer nada y él me contestó que eso de que no haya pediatra no puede ser”, recuerda. Lamenta haber tenido que acudir a urgencias, pero "necesito que la vea un médico y que haga lo que necesite para saber qué es lo que le pasa". "No digo que otro especialista no lo pueda hacer, sólo que cada cosa se gestione en su departamento", aclara.

Parecía que todo iba a mejor, pasado el susto de la fiebre, cuando consiguió cita para el 5 de septiembre “entre vacaciones y huecos”. Pero la alegría no duró mucho. El día anterior le llamaron para cancelarle la consulta porque “la pediatra no venía”. “Me cabree bastante y empezamos un poco a movernos a ver quién nos podía dar voz”, explica, y así comenzó una reivindicación que alcanzó los medios de comunicación sorianos. Una polémica que, según Helena, mejoró la situación: "Me llamaron al día siguiente para confirmarme que había hueco para ese mismo viernes e igual que a mí, a todas las madres a las que el martes nos cancelaron la cita".

Retrasos y más retrasos

Casi un mes y medio ha tenido que esperar Helena para que un profesional sanitario examinara a su hija recién nacida. Algo que, para esta visontina, es inaceptable. “Yo entiendo que la profesional tiene derecho a estar enferma o irse de vacaciones, pero alguien tiene que sustituirla, o qué pasa, ¿que esas dos semanas hay que decirles a los niños que no se pongan malos ni crezcan porque no hay pediatra?", se queja. A aquellos que le han dicho que acuda a su médico de cabecera, les diría que "vayan al oculista cuando les duela el corazón".

Ella no es la única madre que ha tenido problemas para que sus hijos accedan a atención especializada en su centro de salud. Vacunas que no pudieron ponerse a niños por enterarse de que el médico no podía acudir cuando ya estaban en el centro de salud, revisiones que no se han pasado y médicos de cabecera teniendo que examinar a los pinariegos más pequeños. Porque el problema es que es muy complicado que un solo profesional pueda encargarse de más de 200 niños en sólo dos días por semana, aunque demandan que "ya que tenemos esos dos días, por lo menos que se cumplan”. Porque para Helena y otras tantas madres de la zona, "el servicio que están dando, por llamarlo de alguna manera, es inexistente. Una semana puede cumplir pero a la siguiente ya no, da igual cómo tengas a tu hijo. Si no cumplen con lo mínimo, que son las revisiones, de las urgencias, ni hablamos".

Yolanda de Gregorio respondió a las quejas de los padres y acusaciones de otros partidos políticos con datos de consultas el 18 y 21 de julio y el 1, 8, 11 y 18 de agosto. Datos de que habían sido atendidos, aproximadamente, unos 70 pacientes, aunque es imposible saber alguno de ellos está repetido por haber necesitado un seguimiento. “Hasta el mes de julio había servicio de pediatría en Covaleda, sólo los miércoles, y a partir del 18 de julio se asigna a un profesional que va a ir dos días en semana, martes y viernes”, detalló. De Gregorio destacó que los profesionales también “tienen derecho a días de vacaciones" y que "en caso de que no pudiera acudir, tendríamos refuerzo".

Equiparación de derechos entre el mundo rural y el urbano

Helena pide a los cargos políticos que, si están seguros de la correcta prestación de este servicio, "pregunten en las salas de espera o en el patio del colegio, a ver qué tal va". "El año pasado con la gripe A tuvimos a los niños semanas enteras con fiebre y tardaron semanas en darme cita, atascamos las urgencias porque no tenemos otra opción", recuerda. “Una de las veces que me dijeron que no había pediatra porque cogía vacaciones pregunté si no había otro centro al que pudiéramos ir mientras tanto y no nos han dado ninguna alternativa”, apunta. Aun así, la Delegada Territorial de la Junta mantiene que "siempre se han derivado niños de la comarca a Soria para ser tratados porque su médico de cabecera consideraba que los debía ver un pediatra especializado".

Pero a estos niños no sólo les afectan las escasas horas de consulta. La falta de continuidad en los puestos de los médicos en entornos rurales hace que los niños cambien constantemente de profesional de referencia. “Mi hijo, con 8 años, ha pasado por 6 especialistas distintos, pero estamos acostumbrados a que no lleva un seguimiento el mismo médico y a explicar siempre lo que les pasa y su historial”, detalla Helena.

Ella reclama el derecho de las familias en el mundo rural de acceder al mismo servicio de pediatría del que disponen en las ciudades. Y ya asumiendo que no va a poder disfrutarlo sin salir de su localidad de residencia, pide que les presten este servicio, "sea donde sea":"A mí me resulta similar ir a Covaleda o a Soria, lo que quiero es que cuando mis hijos se pongan malos tengan un servicio, que los que vivimos en el medio rural tengamos los mismos derechos”.

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