Llega el fin de semana y es el momento perfecto para salir a recoger setas. Sin embargo, muchos de los recolectores vienen cegados por los boletus, los níscalos y las setas de cardo, dejando pasar la oportunidad de coger otras variedades igual de sabrosas y de gran calidad. A continuación, te contamos algunas de ellas.
La llegada del “veranillo de San Miguel” es sinónimo de salir al campo y recolectar setas y hongos. Una afición que cada año tiene más adeptos, algo que se nota no solo en el número de licencias sacadas, sino también en el “boca a boca” de la gente. No hay más que salir a la calle para escuchar “esta tarde voy a por setas” o “hace un buen día para recoger migueles”. Sin embargo, muchas veces, ya sea por inexperiencia o por no caer en la confusión de coger una venenosa, muchos recolectores se anclan en el tradicional trío soriano compuesto por boletus, níscalo y cardo.
Según Jesús Javier Andrés, presidente de la Asociación Micológica, los campos sorianos están repletos de otras clases que también tienen mucho que aportar, sin embargo, “los visitantes, cuando vienen a nuestros montes, llegan cegados por recoger aquellas con las que pueden sacar algún rendimiento o por las que tienen mayor fama, pero no saben lo que se están perdiendo al pasar de largo de las otras variedades comestibles”.
A continuación os mostramos un pequeño listado de setas que se pueden recoger en Soria con el único miedo de volverse adicto a su sabor.
Este hongo es uno de los más versátiles en la cocina. Quién más y quién menos los ha comprado en el supermercado, pero para obtener un sabor más intenso es mejor recolectarlos uno mismo. Por suerte, los montes sorianos, ahora mismo, se encuentran repletos de ellos.
Para identificarlos hay que fijarse en que están formados por un sombrero de forma semiesférica o plana y pie cilíndrico, normalmente blanco. Y, para consumirlo hay varias opciones, pues se puede comer tanto fresco como en conserva, crudo o cocinado.
Se trata de otro hongo que puede llegar a crecer hasta los 40cm. Tienen un sombrero con forma de sombrilla que en su etapa adulta que puede alcanzar los 35cm. Se puede reconocer por su color blanquecino con bastantes escamas o manchas y compuesto en su revés por láminas blancas y prietas. En este caso, para consumirlo habrá que cocinarlos.
Se trata de una seta bastante desconocida, pero que tiene múltiples beneficios. Entre ellos se encuentra la estimulación del estómago y del bazo-páncreas. Se utiliza para mejorar el proceso digestivo en el caso de digestiones pesadas o lentas.
Se identifican por tener un sombrero de forma ovoide o campanulado de color blanco. Está recubierta de escamas lanosas del mismo color, salvo en el ápice donde se encuentra una especie de gorro ocre parecido a una hoja.
Se caracteriza por tener el pie grueso, cilíndrico y carnoso, ensanchado arriba. Su carne es blanca que amarillea en los bordes, compacta y ligeramente fibrosa. Además, se caracteriza por su buen olor a albaricoque o fruta fresca y su sabor algo picante.
Esta seta es de color blanco aunque al corte puede tener un ligero color rosado, sobre todo en la zona que une el pie con el sombrero. Tiene forma ovoidal y de paredes lisas de color marrón claro. Su sabor es suave y dulce.
Esta seta es otra de las joyas de la corona soriana. Tanto por su sabor como por su textura es una de las más cotizadas y alcanza un alto valor en el mercado. Si estás interesado en encontrarlas, destaca por tener un sombrero de entre 8 y 20 centímetros de diámetro, de color naranja con cutícula lisa y separable. En ejemplares jóvenes, el sombrero es hemisférico y se va aplanando conforme se desarrolla.