Varias detenciones en Soria “contra los extremismos” vinculadas a grupos ultras de fútbol

Un amplio despliegue policial sorprendía esta mañana a la ciudad de Soria, con ‘lecheras’ de la Policía Nacional de las que rara vez se suelen ver en la capital del Duero y menos en un día común. Fuentes oficiales del Gobierno de España confirmaban, poco después, que se trataba de una operación “en curso” y que era “coordinada desde Madrid” por lo que no podían ofrecer ningún dato.

Con el paso de las horas y según ha podido saber este periódico, parece confirmado que la actuación tiene que ver con los grupos más radicales de aficionados del Numancia y estar relacionada con los incidentes que precedieron al partido decisivo entre el club rojillo y el Cornella de la última jornada de la pasada temporada y que se saldó con el descenso de los sorianos a Segunda RFEF.

La operación, que continúa abierta y en la que no se descartan más detenciones, se habría saldado con varias detenciones. Un número variable en función de a quien le preguntes, pero siempre varias detenciones que se habría producido esta mañana en las casas y los trabajos de los detenidos. Fuentes oficiales señalan que esta operación está activa y produciéndose simultáneamente en otras ciudades. Estas mismas fuentes señalan la operación como "complicada" y destacan que se produce tras un importante trabajo de investigación policial.

En aquella jornada, 27 de mayo de este mismo año, en la calle José Tudela se produjo una batalla campal que los fans del equipo visitante siempre calificaron como una encerrona de ultras de derechas contra aficionados “normales” del Cornella. Entre las carreras y lanzamientos de objetos un varón de media edad cayó al suelo y quedó inconsciente.

El hombre, Ion Aranburu de 44 años, pasó varias semanas en coma inducido en Burgos como consecuencia de los sucesos. Sus familiares y amigos aseguran que Ion vino a Soria encontrarse con unos amigos fans del equipo catalán y que nada tenía que ver con los movimientos ultras que rodean al futbol. Por eso estos sucesos desde el País Vasco siempre se han calificado como una agresión o paliza de un grupo de fascistas.

Por el contrario, testigos presenciales de comprobada solvencia aseguran que Ion Aranburu no fue golpeado por ninguna persona y que si bien huía a la carrera de los ultras que le perseguían y le lanzaban objetos, su desafortunada caída al suelo que le causó el traumatismo no fue provocada por ningún contacto y que, una vez en el suelo y ante la evidente gravedad de la situación no fue atacado.