Más de 1 millón de euros de inversión por parte de la Junta para adecuar la ermita del Patrón de Soria. Las pinturas, el retablo y las vidrieras centran una rehabilitación muy esperada que realiza el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León a los mandos de la soriana Ana Carmen Pascual Diez. La apuesta es “investigar mucho para intervenir lo mínimo” y que San Saturio vuelva a estar listo para las fiestas de 2024. Fotos y vídeos al final del artículo.
Los bancos han sido cambiados por andamios. El Santo luce sin manto ni aureola. Las plegarias son ahora informes técnicos y las velas, pinceles. El habitual trajín de turistas y fieles lo realizan restauradores y expertos en arte, sí, pero también electricistas, informáticos o químicos. Son el equipo multidisciplinar que trabaja en el proyecto integral de rehabilitación de la ermita de San Saturio.
La actuación se lleva a cabo únicamente en dos salas, la propia capilla del Patrón de Soria y la sacristía adjunta, pero va mucho más allá de la restauración de las pinturas de Zapata que las adornan. Se intervendrá en el retablo del propio Santo, eliminando capas, restos de cera de las velas, inyectando color en los casos en los que sea necesario y poniendo una capa protectora de la imagen. Además, se restaurarán las diferentes vidrieras de la capilla, incluidas las de la linterna y la que separa el retablo y la sacristía. También se dejarán instalados e integrados aquellos elementos como luz, sonido o alarma que requiera el templo para su uso en el día a día.
Por la ermita pasaron en 2022 un total de 82.933 visitantes, siendo agosto (el mes vacacional por excelencia) y octubre (el mes del Patrón) las fechas con más visitas superando en ambos casos los 10.000. Esto mantiene a San Saturio en dura pugna con los Arcos de San Juan de Duero por ser el monumento más visitado de la capital. El edificio fue diseñado por Pedro de Ajín y ejecutado por Juan Izaguirre a finales del siglo XVII en el lugar donde la tradición popular y religiosa situaba la cueva del anacoreta (muerto hacia el año 570 d.C.) que se convertiría en Santo Patrón de la ciudad allá por 1628. Tras un largo proceso, la ermita barroca fue declarada por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural en 2021.
Para sorpresa del ojo inexperto, los técnicos señalan que los deterioros que presentaba la capilla “no eran muy alarmantes” aunque reconocen que “sí se veían mucho”, algo que provocaba cierta inquietud social. Lo cierto es que, aunque el control de la humedad es el principal reto al que se enfrenta la ermita, lo que hace que los frescos se vean tan apagados es la deficiente iluminación y los materiales “ya superados” de restauraciones anteriores que están por encima de las pinturas.
Los murales fueron pintados por Juan Zapata Ferrer, el artista más destacado del barroco soriano, entre 1703 y 1704, elogian la vida eremítica y repasan la vida del Patrón. La humedad es intrínseca a un templo que se engarza en la roca y se levanta junto al río, pero más allá de la humedad en sí lo que daña los murales es su gran oscilación. También dificulta la conservación la falta de ventilación. La construcción original preveía una ventilación natural desde la linterna hacia los dos pequeños ventanucos en la puerta que da directamente a la calle, pero estos llevan años cerrados por motivos de seguridad. Uno de los trabajos de la restauración es buscar “los recursos técnicos” para recuperar ese sistema.
Los estudios técnicos determinan que las zonas con problemas coinciden con aquellas más evidentes a siempre vista. El análisis organoléptico determinó que no hay abultamientos ni desprendimeintos del muro.
La zona del ermitaño es una de las más complejas, seguramente por ser una de las más expuestas al ser humano, y ha requerido numerosas actuaciones, la primera a los pocos años de ser pintada. Los trampantojos eran seña de identidad de Zapata.
Paralela a ella, aunque a mayor altura, están las pinturas de San Juan donde las sales están muy activas. Aquí el problema es que coincide con el lugar donde la roca y el templo se unen lo que le provoca una gran humedad.
Primero se quita telarañas y se aspiran las paredes para realizar un mapa de daños y catas de policromía. Se levantan las capas de barniz hasta llegar a la pintura original. Se quitan repintes, reintegraciones y materiales técnicamente superados usados en anteriores restauraciones.
Corona la bóveda y tiene daños muy antiguos tanto en sus 8 paños murales como en los 4 ventanucos. Ha sufrido condensación y entrada de aguas que han lavado las pinturas. No se ve tanto, pero es una de las claves.
La contrición original preveía una corriente de aire natural desde la linterna hacia los dos pequeños ventanucos en la puerta que da directamente a la calle, pero estos llevan años cerrados por motivos de seguridad. Era suficiente y los técnicos intentarán recuperar este sistema.
La intervención se realizará, prácticamente, en cada centímetro de la capilla. La policromía ocupa todo el espacio posible, incluidos los zócalos, algo no muy habitual. Unos ‘rodapies’ altos que, aunque ahora se ven marrones, en su original son de un rojo mercerizado que volverá a lucir.
Los expertos no pueden añadir nada al templo y todo lo que se haga debe ser reversible y quedar exhaustivamente documentado
Ana Carmen Pascual Diez es la directora del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León y nos acompaña en una visita única junto al jefe del Servicio Territorial de Cultura de la Junta, Carlos de la Casa. Ambos son sorianos y conocen la importancia del lugar para la ciudad por lo que confían en tener la capilla lista para octubre de 2024. Ya este año el comienzo de las obras tuvo mucho cuidado para permitir el culto en la festividad del Patrón.
La obra de rehabilitación ronda el millón de euros, está siendo llevada a cabo por una UTE de las empresas Sabbia e In Situ y se suma a una larga lista de intervenciones La última, en 2004 en la cubierta por parte de la Junta, aunque los frescos no se tocan desde que se actuase en ellos en 1977. Se tiene constancias de otras dos restauraciones integrales, en 1814 y en 1960.
Las 3 entidades vinculadas al templo han aunado esfuerzos pues, junto a la inversión del gobierno autonómico de 1M€, el Ayuntamiento se encargará de la limpieza y adecuación de las escaleras, que en algunos puntos “parecen un vertedero”, y de la iluminación ornamental exterior y la Diócesis se está encargando de repasar la cubierta y limpiar de vegetación todo el entorno para reducir la humedad.
Pascual explica la importancia de la investigación realizada antes de ponerse manos a la obra con la restauración, en un sistema que define como “estudiar mucho para intervenir poco”. La actuación en San Saturio, que servirá como referente para otras que realice el centro en el resto de la comunidad, aúna pasado, presente y futuro mediante un estudio de monitorización de factores como la temperatura, la humedad o el Co2 cada 30 minutos, la propia restauración del bien y un protocolo de conservación que se creará ya finalizadas las actuaciones.
Así, el Patrón recuperará en menos de un año su manto y aureola. El Santo recuperará su altar en una capilla con bancos y repreta de fieles y turistas. San Saturio lucirá como nunca pero conservando el encanto de siempre.
A continuación, puedes ver el vídeo realizado por Soria Noticias sobre la intervención y las imagines que la ermita ofrece a los viajeros que no pueden visitarla en su integridad.
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