Artículo de opinión de Vanessa García, procuradora de Soria ¡Ya!
Pronto se cumplirán siete años de una portada histórica de Soria Noticias. En ella, podíamos ver a los Goyos (Alonso y Sanz) sentados en un banco de la Dehesa sosteniendo sendos carteles de Soria ¡YA!. El titular, una llamada de auxilio: “Soria ¡YA! te necesita”. Con este S.O.S. las dos caras más conocidas de la Plataforma se agarraron a la esperanza de encontrar gente comprometida para continuar con la lucha de un movimiento que estaba en el peor momento desde su creación, allá a principios de 2001. Lo que pasó después da para otra historia.
El pasado 11 de octubre nos dejó Goyo Sanz. Antes, el 25 de diciembre de 2020, falleció Goyo Alonso. Nos pasaron el testigo, para siempre su legado y el listón muy alto. Fue con Goyo Sanz con el que mantuve una relación más estrecha ya que pudo estar hasta el final al pie del cañón. Sus 88 años no fueron un obstáculo. Y puede que eso nos diera alas a los más jóvenes: si él puede, ¿no vamos a poder los demás?
Nunca voy a olvidar la felicidad de Goyo el 31 de marzo en Madrid, el 13 de febrero. Cómo le brillaban los ojos. Qué contento y orgulloso estaba.
Los Goyos ahora son un símbolo que representa mucho más que a dos personas comprometidas con su provincia, que estuvieron ahí contra viento y marea. Los Goyos son todos aquellos que alguna vez pasaron por Soria ¡YA! aún sabiendo que no verían realizado aquello por lo que luchaban. Que peinaban canas y las piernas ya no funcionaban como antes, pero nada les detenía, estaban para lo que hiciera falta. Gente que nació en una época en la que nada fue sencillo, y que por eso no sabía rendirse. Daba igual que lloviera o nevara, que hiciera un sol de justicia o estuviera helando, ahí los podíamos encontrar siempre, en su rincón junto a la Herradores.
Siempre tendrán su lugar en la pancarta. Su rincón ya es para muchos el de Los Goyos. No los tenemos con nosotros físicamente, pero siempre los llevaremos en nuestros corazones y en nuestras gargantas, reivindicación tras reivindicación.
Gracias por el ejemplo y enseñarnos el camino.