La construcción de un nuevo centro residencial supondría la inversión de unos 6 millones de euros, fondos de los que el Ayuntamiento no dispone. Se pedirá que los vecinos cedan durante seis años la suerte de pinos para ponerlo en pie.
Covaleda enfrenta meses ilusionantes. En el Ayuntamiento llevan años trabajando duro para perfilar el proyecto del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD), por el que el municipio recibió 2 millones de euros en forma de subvención, y ahora ha llegado el momento de licitar, adjudicar y comenzar las obras de todas las aristas que lo componen. Según los cálculos que maneja el equipo de gobierno, este 2024 podría ser histórico en adjudicaciones, con unos 500.000 euros para las rutas ciclopeatonales, la adecuación del parque en El Cubo o la puesta en valor de la senda de las cascadas. El próximo 2025 continuará en la misma línea y se entregará otro medio millón de euros para, entre otras, la construcción de la pasarela aérea en el Raso de la Nava, un recorrido de 700 metros y una altura máxima de 14 para facilitar la interpretación del pinar.
Este mes de octubre, el Consistorio se reunió con el Ministerio, la Junta y Asohtur en la comisión de seguimiento pertinente y se concretó lo que ya se intuía. "Junto con Duruelo, el nuestro es uno de los PSTD que mejor van, pero quizá tengamos que pedir una prórroga de los plazos si alguna adjudicación queda desierta, algo que no es tan raro cuando se trata de obras en los pueblos", explica José Llorente, alcalde de Covaleda. El regidor tranquiliza al asegurar que "aunque todo debería estar acabado a finales de 2025, existe la posibilidad de ampliar el plazo hasta finales de 2026. Afirma también que "hay colchón para poder incrementar las cuantías de las licitaciones y así hacer los proyectos más atractivos para las empresas interesadas.
A mayores del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino, Covaleda tiene otros proyectos que ampliarán el listado de servicios disponibles para los vecinos. Llorente cuenta que está "a punto" de adjudicarse la obra de la tercera y última fase del tanatorio municipal. Las obras, con un presupuesto de 245.000 euros (con las anteriores fases se alcanza un total de 381.000 euros), servirán para adecuar la antigua nave de forestales (en la calle Pimpollar).
El primer edil recuerda que esta tercera fase tiene un plazo de ejecución de 6 meses por lo que "el año que viene el pueblo dispondrá de un servicio que necesitaba y será decisión de los vecinos el usarlo o no". El Ayuntamiento todavía tiene que valorar la forma de gestión, pues se estudia si encargarse del tanatorio de forma directa o concesionarlo a una empresa externa.
Recientemente ha concluido la ampliación del cementerio. Una inversión de 140.000 euros ha permitido la construcción de 64 nichos de pared y 34 sepulturas de suelo, algunas dobles o triples. Llorente apunta a que ahora se asegura el servicio "durante la próxima década".
Con lo anterior encarrilado, ha llegado el momento de centrar los esfuerzos en el que Llorente calificaba como su sueño recién estrenado el presente 2024: que Covaleda tuviera una residencia para cuidar a sus mayores en el pueblo. El equipo de gobierno lleva meses trabajando en un borrador, que ahora debe adaptar a la nueva normativa, y está realizando un proyecto de viabilidad económica. El regidor estima que el coste de la construcción del inmueble "rondará los 6 millones de euros" y, para sufragarlo, los vecinos van a tener que llevar a cabo una reflexión profunda.
"Reuniremos a todos en el salón para trasladarles toda la información antes de arrancar", expresa el alcalde de Covaleda. En esta cita, obviamente, se hablará de dinero, porque el Ayuntamiento no tiene la capacidad de afrontar una inversión de esas características en solitario y la colaboración de otras instituciones no está comprometida. "Solo podemos embarcarnos en esto si el 70% de los vecinos está de acuerdo en ceder la aportación económica de los pinos (unos 700 euros al año) para ello", explica José Llorente, que añade que "sería durante unos 6 años para conseguir un millón de euros al año, aproximadamente". Obviamente, los vecinos que apoyasen la iniciativa "tendrían algún tipo de beneficio a futuro".
Llorente reconoce que "no va a ser fácil" convencer a todos, porque la suerte de pinos ha sido históricamente un tema sensible en el municipio. No obstante, está convencido de que "esto tiene que ser algo voluntario, pues imponerlo, aunque es posible, sería un error absoluto". Les pide que piensen "en el presente, pero también en un futuro al que todos vamos a llegar". Refiere que una residencia "no solo facilitaría la vida de los mayores, sino también de sus familiares y amigos pues no tendrían la obligación de coger el coche para visitarles en otros pueblos".
Consciente de que puede que la decisión de sus vecinos tumbe el proyecto de la residencia, el primer edil ha preparado un plan B. "Habilitar un centro de día sería mucho más barato. Obviamente los servicios no son los mismos, pero ofrecería atención y cuidados a nuestros mayores durante buena parte de la jornada", expresa. Supondría la inversión de un millón de euros.