Los vecinos del pueblo no entendieron que la gente de PACMA fuera a manifestarse tras haber conseguido que se suspendiera el Toro Jubilo: “Han venido para reírse de nosotros, pero hemos demostrado tener más educación que ellos”.
Los habitantes de Medinaceli tardarán mucho tiempo en olvidar la jornada de ayer. Por primera vez en muchos años, el Toro Jubilo no salió la Plaza Mayor después de que el Juzgado Contencioso-Administrativo de Soria diera la cautelarísima para que no se celebrara tras la petición de PACMA.
La tristeza invadió cada uno de los rincones del pueblo a lo largo de la jornada de ayer. Daba igual el lugar en el que te encontraras, todos los vecinos y visitantes hablaban de lo mismo con unos rostros tristes y con unos ojos en los que las lágrimas aparecieron en más de una ocasión por el sentimiento de impotencia.
El sentir que les habían arrebatado algo suyo, algo que habían visto hacer a sus antepasados, era la tónica dominante entre los centenares de vecinos de Medinaceli. A primera hora de la tarde, todos, conscientes de la importancia que tenía, respetaron la manifestación de PACMA. Apenas una decena de curiosos se acercaron a las inmediaciones del Consistorio para ver qué estaba ocurriendo. Ninguno de ellos se dirigió hacia los protestantes a su salida.
No obstante, los vecinos estaban muy indignados con lo que estaba sucediendo en su pueblo. “Si se suspende el toro, se tenía que cancelar la manifestación”, “Cómo han podido permitir que se celebre” o “Han venido a casa del ahorcado a ver la soga” eran algunas de las frases que se escuchaban en los bares del pueblo a media tarde.
Reconociendo que estaban muy afectados por todo que se estaba perpetuando en su localidad, estos recalcaban en las conversaciones con amigos en que “han venido a reírse nosotros”. Ahora, todos estaban muy orgullosos por cómo habían reaccionado ante “esa provocación”.
“Entendemos que se manifiesten en ciudades grandes, pero aquí… con el País Vasco o Cataluña no se meten. Vienen a provocar a las comunidades débiles. No obstante, hemos demostrado ser mucho más educados que ellos”, nos comentaba un medinense consternado con lo sucedido.
“Ala ya se han ido”, expresaba otra vecina suspirando una vez terminó la concentración de PACMA. Mientras, los bares del pueblo y sus dueños lamentaban todo lo ocurrido, “ya que nos han cancelado muchas reservas”. Acostumbrados a vivir una jornada frenética, muy importante para su supervivencia, estos tuvieron ayer un día muy tranquilo: “Cubrimos un poco con la llegada de tantos policías, pero nos ha afectado un montón”.
Al mismo tiempo, otras personas, aferrándose a la historia, nos mostraban como el periódico taurino ‘El Ruedo’ publicaba un artículo en 1963, defendiendo esta tradición y mostrando cómo el toro vivía sin problemas al día siguiente: “La Plaza Mayor de Medinaceli, ancha, estética y oscura, donde todos los años, al filo de la madrugada, el Toro Jubilo ejecuta su danza de fuego. Esta noche, solo la lluvia y el viento son los testigos mudos de una soledad preñada de ecos ancestrales. A la derecha de estas líneas, el Toro Jubilo del pasado año, a la mañana siguiente del festejo, nos mira como queriendo demostrar que ni un rasguño, ni una quemadura, daña la brava superficie de su piel”.
Con todo, si había una frase que se repetía durante la tarde de ayer era: “Tenemos que subir a Medina”. No había ni una persona en el bar que no nos dijese que teníamos que acudir para cubrir la manifestación que tuvo lugar a las 21:00h. en el lugar en el que se debía haber celebrado la fiesta.
Por supuesto, nosotros estuvimos allí. En una solemnidad atronadora, el silencio y el respeto protagonizaron un acto en el que no se nombró a PACMA en ningún momento y en el que todos medinenses fueron uno. Diferentes generaciones, diferentes ideologías y diferentes formas de pensar se aunaron para defender su fiesta y para demostrar que todos están a una en esta batalla.
Durante media hora, el tiempo que duro el acto, solo se escucharon aplausos y solo se vieron caras de emoción y lágrimas recorriendo los rostros. Con el deseo de que al año que viene el Toro Jubilo vuelva a celebrarse, estos cerraron un día muy difícil para todos y para la historia de su pueblo.