Los bosques continúan acogiendo diversas variedades que siguen haciendo las delicias de los amantes a la micología.
Con el invierno a la vuelta de la esquina y la llegada de heladas más intensas prevista para las próximas semanas, el característico paisaje otoñal comienza a desdibujarse. Sin embargo, este cambio de estación no implica necesariamente el final de la temporada micológica. A pesar de que el invierno es menos favorable para la recolección, los bosques continúan ofreciendo un refugio para diversas especies de setas silvestres, brindando oportunidades para los apasionados de la micología.
En provincias como Segovia, Valladolid, Zamora y Salamanca, donde las heladas aún no han hecho acto de presencia con toda su intensidad, las condiciones meteorológicas siguen siendo propicias para la fructificación de especies como los níscalos (Lactarius deliciosus). Esta especie, que aún puede encontrarse en pinares llanos de Pinus pinea o Pinus pinaster y áreas de repoblación, se presenta actualmente con una calidad significativamente mejor. La incidencia de agusanamiento ha disminuido notablemente en comparación con semanas anteriores, cuando las temperaturas inusualmente altas del otoño afectaron negativamente su estado. Por otro lado, la temporada de boletos está casi concluida, aunque aún es posible hallar ejemplares puntuales, como Boletus pinophyllus y Boletus edulis, especialmente en las provincias occidentales como Zamora y Salamanca.
Diciembre marca una transición en las especies disponibles, a medida que el frío desplaza a los hongos típicos de otoño y da paso a especies más resistentes a las bajas temperaturas. Entre las variedades que destacan en este periodo se encuentran: pies azules (Lepista personata y Lepista nuda), conocido por intensificar su sabor con el frío; lenguas de vaca o de gato (Hydnum repandum y Hydnum rufescens); angulas y trompetas de monte (Cantharellus lutescens, Craterellus tubaeformis o Craterellus cornucopioides), capuchinas (Tricholoma portentosum); negrillas (Tricholoma terreum) o llanegas (Hygrophorus latitabundus, Hygrophorus agathosmus y otras especies). Estas setas tardías, adaptadas a las temperaturas más frías, son ahora las principales protagonistas en los montes de Castilla y León, asegurando que la temporada micológica no se detenga con la llegada del invierno.
Con el descenso de las temperaturas, comienza también la esperada campaña de la trufa negra (Tuber melanosporum). Esta delicatessen gastronómica podrá recolectarse hasta el 31 de marzo de 2025 en plantaciones autorizadas y hasta el 15 de marzo en áreas silvestres. Es fundamental recordar que la normativa establece para su extracción del suelo el uso exclusivo del machete trufero y prohíbe su recolección episódica sin autorización en terrenos no acotados o reservados.
Si decides salir al monte en busca de setas, ten en cuenta estas medidas para garantizar una experiencia segura y respetuosa con el entorno:
Más allá de la micología, los montes de la red Micocyl, con sus acotados y parques, ofrecen un entorno privilegiado para reconectar con la naturaleza y aliviar el estrés. Además, son un escenario ideal para que los más pequeños descubran el entorno natural desde una edad temprana, fomentando su desarrollo cognitivo y emocional, al tiempo que consolidan valores esenciales como el respeto por el medio ambiente.
La red Micocyl te invita a aprovechar estos últimos días de otoño para disfrutar de sus amplias zonas forestales, ya sea recolectando setas, practicando senderismo o simplemente desconectando de la rutina diaria. Sigue siendo preciso Cuidar el monte y segir disfrutando de su riqueza natural, sin importar la estación del año.
FUENTE: Micocyl