Toda la localidad se suma al homenaje de una mujer que ha sabido inculcar la solidaridad, el esfuerzo y sobre todo el amor.
Todo el vecindario de Berzosa se ha sumado esta tarde de sábado para celebrar el centenario de su vecina Felisa Carro Hernando. El homenaje ha tenido lugar en el centro social, donde también ha participado la Asociación de Amigos e Hijos de Berzosa, con la entrega de un obsequio, así como una representante del pueblo vecino de Villávaro (San Esteban de Gormaz), Soledad Albitre, quién también le ha obsequiado con un detalle.
El alcalde pedáneo de Berzosa localidad adscrita a El Burgo de Osma, Félix Rejas Gómez, también ha participado y ha estado acompañado por el alcalde de burgense Antonio Pardo y por el concejal Luis Cuesta. Del mismo modo, ha asistido el diputado de zona, Daniel García Martínez, quien ha hecho entrega a la homenajeada de una placa conmemorativa y de una copia en pergamino del acta de nacimiento.
Felisa ha estado arropada en su mismo pueblo donde nació y ha pasado toda su vida. En el acto también ha habido una conexión por internet con una de sus nietas que no ha querido perderse la oportunidad de felicitar a su abuela, a pesar de estar lejos de Soria.
La familia ha trasmitido que la ya centenaria nació el 14 de enero de 1925. Eran cuatro hermanos y de muy pequeña tuvo que aprender a trabajar en el campo. Su padre, agricultor y ganadero, le enseñó a cuidar de la tierra y del ganado, mientras su madre, ama de casa, le transmitió el amor por la cocina y las tradiciones familiares.
A pesar de las limitaciones de su entorno, Felisa siempre destacó por su energía y determinación. Aunque no tuvo muchas oportunidades de asistir a la escuela, logró aprender a leer por sí misma, demostrando su gran deseo de aprender.
Se casó joven con Mariano, con quien formó una familia de cinco hijos. A lo largo de los años, su familia creció, sumando seis nietos y tres biznietos. Siempre les ha inculcado los valores que aprendió en su hogar, el esfuerzo, la solidaridad y, sobre todo, el amor incondicional.
"A lo largo de su vida, Felisa ha sido testigo de profundas transformaciones históricas y sociales que han marcado al mundo. Aunque guarda un cariño especial por el pasado, es una mujer abierta al cambio, sin perder de vista lo que verdaderamente le importa, el amor, la familia y la comunidad. Ha vivido tanto momentos de felicidad como de tristeza. La pérdida de su hijo Vidal fue una de las pruebas más dolorosas que enfrentó, pero siempre se mantuvo firme, apoyada por el amor incondicional de su familia y amigos", refieren en su entorno cercano.
Así mismo, en la familia han descrito de la centenaria que "hoy, a sus 100 años, sus pasos son más lentos, pero su mente sigue clara y su sonrisa permanece intacta. Disfruta conversando con sus seres queridos y apreciando las pequeñas cosas de la vida. Su vida está llena de historias, sacrificios, logros y, sobre todo, amor. Su legado perdura en sus hijos, nietos y biznietos, quienes celebran con ella este hito que pocos tienen el privilegio de alcanzar”.