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Confirmar la alternativa en Las Ventas 17 años después: “Cambiará mis circunstancias, pero no el torero que soy”

Confirmar la alternativa en Las Ventas 17 años después: “Cambiará mis circunstancias, pero no el torero que soy”

Actualizado 21/07/2025 12:57

El matador soriano Rubén Sanz, de 46 años, espera que en los próximos días se confirme su debut en el coso madrileño. Su actuación en la Copa Chenel el año pasado y su actuación el Sábado Agés en la Chata han sido claves. “Ser torero te obliga a no rendirte, aunque no te pongan en los carteles”.


“Otras veces he sido yo el que he insistido y lo he pedido de todas las maneras posibles porque como torero lo necesitaba, pero me he dado cuenta que las cosas llegan cuando tienen que llegar”. Con la serenidad con la que habla es con la serenidad con la que torea. Rubén Sanz (Soria, 20 de septiembre de 1978) espera en capilla la confirmación de que este otoño podrá realizar su debut en Las Ventas.

Aunque todo parece hecho, el matador soriano no quiere lanzar las campanas al vuelo hasta que no sea oficial. Recuerda el revolcón que se llevó el año pasado cuando tras su gran actuación en la Copa Chenel (el circuito de la Comunidad de Madrid y la Fundación Toro de Lidia que busca dar oportunidades a encastes y diestros que están fuera del foco) parecía hecho su debut en Las Ventas y acabó cayéndose a última hora de los carteles.

Todo parece indicar que Rubén Sanz será uno de los diestros que forme parte de los Desafíos Ganaderos que organizan en el coso madrileño con dos hierros en la misma tarde, ensalzando las peculiaridades de cada ganadería. Cuando se confirme la fecha, ganadería y terna, comenzará la cuenta atrás para su confirmación de la alternativa en Las Ventas.

“Me llega 16 años después”

“Es un día fundamental en la carrera de cualquier torero”, señala Sanz en una entrevista exclusiva con Soria Noticias y apunta que “lo único distinto en mi caso es que me llega 16 años después de mi alternativa”. Mientras otros reciben la oportunidad de torear ante el exigente público de Madrid el año de su debut, en su caso se ha hecho esperar, lastrado por los pocos festejos que ha tenido durante toda su carrera.

Cerca de los 50 años, esa espera también le ha traído serenidad y no solo en el ruedo. Este año no ha tenido que insistir porque “la gente, el aficionado, ha mostrado interés por mí”. Su actuación en la Copa Chenel permitió a los más cafeteros de Las Ventas descubrir un torero diferente. Uno que, señala, no deja indiferente a nadie. “Sé que soy un torero distinto y eso hace que a algunos no les guste nada, pero a los que les gusto les encanto”, resume.

“No cambiará el toreo que soy”

Con ese espíritu y los “defectos lógicos de alguien que torea tan poco”, Rubén se plantará en Madrid para vivir una tarde que puede cambiar su carrera pero que “no cambiará el torero que soy”. Si sale bien, presentado en la plaza más exigente del mundo, es posible que Rubén empiece a cerrar festejos y toree en meses lo que no ha logrado torear en años. Si sale mal, la cosa se pondrá muy complicada.

“Triunfe o no, pase lo que pase, el torero que soy lo soy ya”, insiste, y eso es algo que “me da mucha tranquilidad". Eso es algo que ha aprendido en sus “46 años de vida dedicados al torero”, una profesión que es “una forma de vivir”. Asegura que “ser torero te obliga a no rendirte aunque no te pongan en los carteles” y la serenidad le permite afirmar que “esa tarde cambiarán las circunstancias (de su carrera como matador), pero no el torero que soy”.

“Es mi oportunidad para salir de esta situación”

Rubén es, ante todo, una persona realista. Sabe que confirmar la alternativa en Madrid a nivel personal es “un sueño” pero a nivel profesional es “una oportunidad de salir de mi situación”. “Su situación”, no la esconde, es que “torea muy poco” y apenas mata toros fuera de su Soria natal.

Define Las Ventas como “la plaza más importante del mundo” a donde “tantas veces he ido a ver los toros”. Allí, en el hormigón madrileño, mientras veía a compañeros que eran a la vez referentes más de una vez pensaba en pisar ese mítico albero, aunque “me lo intentaba borrar de mi menta porque lo ves como un imposible”.

Si el imposible llega y los dioses del toreo lo convierten en una realidad, Sanz promete “disfrutar del día desde el momento en que me levante” porque será “el día en que cumpla un sueño”. Reconoce que uno no puede “mantense mucho tiempo como matador toreando tan poco” por eso el sueño personal se mezcla con la oportunidad profesional, tal vez la última. Sea como sea, una oportunidad que afrontará con serenidad, con su verdad y con su toreo pausado, como ha afrontado todas las que ha tenido.

Conoce al Ruben Sanz más personal en esta entrevista.

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