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Las excavaciones en los Arcos de San Juan de Duero dejan al descubierto varios enterramientos y un sorprendente pozo

Las excavaciones en los Arcos de San Juan de Duero dejan al descubierto varios enterramientos y un sorprendente pozo

Actualizado 04/09/2025 14:51

El pozo podría ser de la época en la que el claustro se usó como huerto y se busca otro en la zona central. Hay restos humanos previos a la construcción de los arcos. Los trabajos buscan una radiografía completa para abordar los problemas de humedad, algo que llevará años.


En 4 sectores diferentes del claustro de los arcos de San Juan de Duero excavan los arqueólogos del Ministerio de Cultura. El objetivo es ampliar la información de un monumento que, pese a recibir decenas de miles de visitantes al año, no está muy estudiado y, sobre todo, radiografiar sus problemas de humedad para poder abordarlos y garantizar la conservación de los mismos.

Las excavaciones, que se prolongarán hasta finales de mes si no aparecen restos no esperados, se llevan a cabo en las zonas que determinó como más interesantes la campaña de 2024. Fue el año pasado cuando se iniciaron los trabajos con "técnicas no invasivas" mediante las cuales se realizó una radiografía del subsuelo.

Entre las cosas que se buscan, dos son fundamentales: los sistemas de captación y eliminación del agua, para entender cómo el líquido elemento se comporta dentro del espacio, y restos del empedrado o enlosado original del claustro, que podría ser fundamental para una posible reconstrucción en un futuro con total garantía histórica.

Así lo han explicado esta mañana Juan José Gordón, jefe del Servicio de Arqueología del IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural de España), y director técnico del proyecto, y Marian Arlegui, directora del Museo Numantino, quienes han destacado la complejidad de las actuaciones. Ambos han destacado la colaboración del Gobierno de España y la Junta de Castilla y León en esta ocasión.

El problema de la humedad

Por su ubicación, junto al río Duero y a los pies del Monte de las Ánimas, tanto el monasterio como el claustro han tenido problemas de humedad desde el primer momento. A esto se le sumó la pérdida de la cubierta del claustro, que lo dejaba a merced de las inclemencias meteorológicas, y la pérdida del suelo que, posiblemente, fuera levantado y usado en otras construcciones o directamente eliminado para usar el espacio como una huerta.

Humedad interior y exterior que ahora se trata de abordar con un proyecto "de largo recorrido y de gran envergadura" cuyo objetivo es detectar el origen concreto de estos problemas y aportar posibles soluciones. La primera referencia a los problemas de humedades que sufría data de 1608.

Estudio hidrogeológico y posible techado

Cuando en unas semanas comience el análisis de los restos extraídos, que durará meses con dataciones y pruebas de Carbono 14 y OSL (Luminiscencia Ópticamente Estimulada),se hará también un estudio hidrogeológico. Así el "arduo y largo" trabajo de gabinete permitirá dar un "diagnóstico completo e interdisciplinar" del caso. En el gabinete, además de los arqueólogos, trabajan geólogos, biólogos, conservadores, arquitectos o restauradores. El objetivo, "tomar una solución adecuada".

Aunque todavía es prematuro ofrecer soluciones, en varias ocasiones se ha hablado, ahora y décadas atrás, de la "recuperación de los volúmenes originales". Esto supondría devolver el techo a los arcos, aunque esta propuesta siempre ha generado mucho rechazo ya que quitaría parte de la originalidad y el atractivo visual al que los arcos de San Juan de Duero nos tienen actualmente acostumbrados. Junto a ello, también se podría restituir el pavimento para lo que sería fundamental encontrar algún tramo de empedrado o enlosado que permita reconstruir con una imagen certera de lo que había en su día y no crear un "falso histórico".

Los 4 sectores de excavación

Los arqueólogos buscan, desde hace dos semanas y hasta final de mes, restos en el nivel freático que permitan conocer mejor la historia del enclave y crear una hoja de ruta que lo proteja de la humedad. Lo hacen en 4 sectores elegidos gracias al georradar utilizado el verano pasado y cuyos primeros resultados pueden ver los turistas o sorianos que estos días acudan al monumento.

El primero ha sacado a la luz un pozo en el exterior de los arcos. Un pozo de mampostería que permanecía completamente oculto y con una "ubicación sugerente" al no encontrarse en el centro. Junto a él hay unos restos humanos, un fémur en concreto, que se encuentran enterrados más debajo de la base de los arcos. Esto, a la espera de las pruebas que daten con fecha exacta tanto los arcos como los restos humanos, supondría la confirmación de que había actividad humana anterior en esa orilla del Duero antes incluso de que se construyera el claustro.

Los restos humanos no son particulares, y el césped que pisan los visitantes parece estar repleto de ellos y de lápidas funerarias, tal y como era de esperar en un claustro. Junto a ello, mucha tierra derrumbada y muchos restos de teja, seguramente del tejado de los arcos. Esto puede verse en el sector 2, donde también han aparecido inhumaciones y estructuras que bien podrían ser funerarias. Aquí puede verse un esqueleto casi completo y en perfecto estado, que será desmontado para seguir bajando la cota de excavación.

Los sectores 1 y 2 son los más avanzados y pese a llevarse solo dos semanas excavándose ya han "dado resultados". El tercero está en el centro del patio y se busca una estructura detectada que bien podría ser el pozo original. El cuarto está en la esquina noroeste donde el georradar indica la única evidencia compatible con restos de la pavimentación del claustro, aunque los expertos son prudentes: "puede ser eso o ser cualquier otra cosa".

¿Qué no sabemos de los Arcos?

Aunque el templo es "un ejemplo de la arquitectura románica", visualmente "extraordinario" y con un gran legado histórico, se sabe poco sobre su origen y evolución. Según cuentan los expertos fue la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén la que lo levantó a mediados del siglo XII y ya a mediados del XVII comenzaría su declive y abandono.

Desde el Instituto del Patrimonio Cultural de España se señala que el estudio enfocado en las humedades es también una "buena oportunidad para ampliar el conocimiento" del templo y afinar su "interpretación arqueológica". Preguntado por lo que ocurrirá con los restos encontrados, señala que la norma en estos casos es cubrirlos "si no aportan información de interés". En el caso de que puedan enriquecer la visita y aportar en la interpretación del monumento, si es posible se dejan a la vista, siempre "consolidados y restaurados".

El objetivo es que en la medida de lo posible las actuaciones no impidan del todo las visitas turísticas y no cierren el monumento al público. "Somos conscientes del interés que suscita este espacio", señala Gordón.

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