El Contraataque: El peor partido de la era Ángel Rodríguez

El Numancia completó ayer por la tarde el que seguramente haya sido el peor partido de la era Ángel Rodríguez. Después de un mes de competición muy bueno, los rojillos volvieron a cometer los mismos errores que en el inicio de la temporada al perder en Los Pajaritos por 1-2 frente al Coruxo.

El conjunto soriano, que volvió a línea de cuatro en defensa y que repobló el centro del campo con el regreso de Moustapha, no descifró en ningún momento lo que requería el choque. Los primeros síntomas de que algo no iba bien fueron los continuos pases entre centrales que se produjeron en los primeros minutos de juego. Aunque la posesión era numantina, esta era totalmente estéril. Apenas se produjeron ocasiones en una primera mitad en la que el Coruxo se limitó a juntar sus líneas y a intentar aprovechar sus centros laterales.

Por otra parte, el colegiado tampoco ayudó con las continuas interrupciones del juego. Las acciones que se encadenaron se pueden contar con los dedos de las manos y eso es una mala noticia para un combinado como el Numancia que busca ser el protagonista, sobre todo, cuando ejerce de local.

Tras regresar del vestuario, la escuadra numantina dio un paso hacia adelante, jugando los mejores minutos del enfrentamiento. Alain probó suerte con un disparo lejano nada más arrancar. Sin embargo, sería Juancho Vitoria el encargado de desatascar el partido. En una acción aislada, el extremo completó una gran acción individual que finalizó con un disparo pegado al palo para levantar a todos los seguidores rojillos de sus asientos.

Después de ese gol, De Frutos pudo ampliar la renta, y seguramente cerrar el choque, pero su cabezazo no encontró portería. Desafortunadamente, cuando mejor estaban los numantinos, el Coruxo hizo la igualada con un buen centro de Fariña que remató al fondo de las mallas Sola tras adelantarse a su marca.

Fue entonces cuando el Numancia se desordenó, a pesar de estar con uno mas tras la expulsión de Bernárdez para los visitantes. Es cierto que Héctor Peña y que Jony lo intentaron, pero fueron los vigueses los que se llevaron el gato al agua, aprovechándose de una serie de errores en cadena de los locales en defensa. Tras un mal despeje de Alain, la bola cayó a un González que batió a Abad con un disparo raso que se le coló por debajo al cancerbero numantino.

En definitiva, el Numancia pagó muy caros sus propios errores. La falta de creación en el centro del campo -se requiere fichar en el mercado de invierno a un jugador que pueda dar ese perfil-, la ausencia de claridad en los metros finales y la endeblez defensiva condenaron a un conjunto que recordó al de las primeras jornadas. Ahora solo queda trabajar para volver a la versión con la que Ángel Rodríguez y los jugadores volvieron a ilusionar a una afición volcada con el equipo. Esperemos que sea tan solo un tropiezo aislado.