Miguel Arroyo y Darío Ruiz salen por las calles de la localidad pinariega en el Martes de carnaval.
Un año más, La Barrosa ha recorrido las calles de Abejar en el rito carnavalesco que año tras año se repite un día antes del Miércoles de Ceniza. Se da cumplida cuenta de la tradición en la localidad pinariega en la que uno de los quintos de cada año porta un armazón de madera, que sirve de disfraz y que simboliza una res de vacuno, de color blanco, y de cuyo cuerpo van prendidas cintas de diversos colores. La cara del animal está pintada, si bien los cuernos son auténticos. El joven acompañante, al igual que el otro o los otros mozos en su caso, visten también de blanco, con fajín de color bermejo y tocados con un pequeño sombrero al uso del cordobés. Protegen sus tobillos con polainas de cuero.
Este año, los barroseros son Miguel Arroyo y Darío Ruiz, quienes en primer término han acudido al consistorio abejaruco para después recorrer el pueblo y recoger las viandas aportadas por los vecinos, son este año quienes dan continuidad a esta tradición ancestral cuyos orígenes son causa de estudio para muchos investigadores y antropólogos.