El Pleno del Consejo Escolar de Castilla y León ha rechazado, en reunión celebrada ayer, el dictamen sobre la reválida de tercer curso de Educación Primaria. La decisión provoca que la Comunidad Escolar, integrada por padres, alumnos y profesores, a través de sus organizaciones sindicales, no acepte la evaluación prevista por la polémica Lomce ya que el dictamen rechazado defendía su aplicación en Castilla y León.
La votación de la Comunidad arrojaba un resultado de 23 votos contra el dictamen y 18 a favor, prácticamente el número de representantes de la Administración que asisten al Consejo. La Comisión Permanente del Consejo Escolar elaboró un dictamen muy favorable a la prueba y a su desarrollo en Comunidad que, al pasar por el Pleno del Consejo "ha sido clamorosamente rechazada", según informa CCOO en un comunicado.
Los estudiantes de tercero de Primaria de Castilla y León ya realizaron los días 26 y 27 de mayo la evaluación externa prevista en la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. La prueba constaba de tres partes, divididas en 69 ejercicios: una de comprensión oral y escrita, otra de expresión oral y escrita y una tercera de cálculo y resolución de problemas. La gran mayoría de las cuestiones fueron preguntas tipo test de respuesta múltiple.
"El desarrollo de la reválida nos confirma la sospecha que ya albergábamos, que el éxito de la prueba va a comprometer el desarrollo de la enseñanza y se va a convertir en un poderoso instrumento de política educativa",añadió CCOO, que denuncia que "la actividad docente se centrará a partir de ahora en entrenar para este examen, relegando las metodologías activas y el tratamiento integrador de la diversidad, para acentuar el carácter memorístico de un sistema educativo que sigue sin preparar de manera suficiente a los ciudadanos para comprender y actuar en la realidad".
Además, a juicio de la formación "el adiestramiento en la cumplimentación de test no necesita de profesorado con buena formación pedagógica y avanza un proceso de desprofesionalización docente que espera el momento oportuno para dar un salto cualitativo: el de reconvertir profesores y profesoras en adiestradores para pasar pruebas de reválida, sobrecargados de trabajo y mal pagados".
Por otra parte, el Marco General de la Evaluación Final de Primaria asegura que "se podrá ofrecer resultados promedios y niveles de rendimiento para cada alumno, grupo, centro y territorio", lo que supone en la práctica que el Ministerio de Educación permite hacer rankings para comparar los centros, aunque en estos momentos la Junta de Castilla y León apueste por no hacerlos. "Estos rankings conseguirán que las escuelas se hagan más selectivas, y rechacen al alumnado que presenta dificultades, ante el riesgo de empeorar la clasificación del centro, que puede terminar ligada a los ingresos que reciban colegios e institutos, favoreciendo, de paso, la división creciente entre centros de élite y guetos escolares."
Otra cuestión denunciada por CCOO es que el resultado de la reválida podría tomarse en consideración a la hora de repetir curso, lo que a una edad tan temprana es "un indicador de la falta de voluntad de reducir la tasa de abandono educativo temprano, la más alta de la UE (el 21,9 frente al 11, 1 por ciento de la media europea), y traducirse en mayor fracaso y en una merma de la igualdad de oportunidades, sobre todo del alumnado más desfavorecido, al cual se destina a itinerarios sin salida".
"Se rompe así una tendencia de décadas", añadieron, para recordar que en el curso 1965-66, cuando todavía existía la reválida del Bachillerato Elemental (cursado entre los 10 y los 14 años), la mitad de los alumnos no superaron dicha prueba, y que en aquella época, de cada 100 alumnos que iniciaron la enseñanza primaria en 1951 (con 6 años) sólo 3 lograron culminar sus estudios universitarios en 1967.