Se comprobarán usos del cinturón de seguridad, autorizaciones y documentos tanto del vehículo como del conductor, tiempos de conducción y descanso, velocidad, alcohol y drogas, etc.
Cada día, 230.000 alumnos utilizan el autobús escolar para ir al colegio y volver a casa, un medio de transporte seguro, tal y como muestran las cifras de siniestralidad vial (el año pasado no se produjo ninguna víctima mortal entre los usuarios de este tipo de vehículos) pero que debido a la vulnerabilidad de sus pasajeros y a las vías por las que se suele circular, en su mayoría carreteras convencionales, necesita de una especial vigilancia.
Por este motivo, a partir de hoy lunes y hasta el viernes 2 de diciembre, los autocares dedicados al transporte de escolares serán objeto de vigilancia especial por parte de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, dentro de las campañas de seguridad vial que anualmente realiza la Dirección General de Tráfico para prevenir la accidentalidad en este tipo de transporte.
Las inspecciones que realizarán los agentes consisten en un primer control de carácter administrativo sobre las autorizaciones y documentos que deben tener dichos vehículos para la correcta prestación del servicio.
También verificarán que las condiciones técnicas y elementos de seguridad del vehículo son los que exige la normativa, así como los requisitos especiales que debe cumplir el propio conductor, como son el permiso de conducción, los tiempos de conducción y descanso.
Además, controlarán que los conductores circulan a la velocidad permitida y que no hacen uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción ya que ambos factores, velocidad y distracción, son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos.
De igual modo, se incrementarán los controles de alcohol y drogas entre los conductores. La semana pasada, fue identificada una conductora de un autobús escolar que transportaba niños de un centro escolar ubicado en Villaviciosa de Odón (Madrid) y que tras realizar las pruebas de detección de alcohol y drogas, dio positivo con 0,28 y 0,27 mg de alcohol por litro de aire espirado, casi el doble de lo permitido, estando limitada la tasa de alcohol para los conductores profesionales en 0,15 mg/litro.
Debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso estos en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados. Además, en la actualidad más del 60% de este tipo de vehículos equipan ya los cinturones de seguridad.
Según diversos estudios el uso de un sistema de seguridad en autobuses reduciría las lesiones mortales en un 90% en caso de choque frontal o vuelco, ya que correctamente abrochado evita la proyección del pasajero (adulto o niño) y reduce los impactos en el pecho, abdomen y piernas.
A partir de octubre de 2007 se deniega la matriculación a cualquier autobús que no lleve instalados estos sistemas de retención.
Como es habitual en este tipo de campañas, también se ha invitado a los municipios de más de 20.000 habitantes a sumarse a la misma, de modo que la vigilancia de este tipo de transporte sea tanto en zona urbana como en interurbana.
Sobre la accidentalidad
En 2015, los autobuses escolares se vieron implicados en 27 accidentes (14 en vías interurbanas y 13 en urbanas), en los que no falleció ninguna persona aunque 9 ocupantes resultaron heridos. En este mismo ejercicio, en Castilla y León no se registró ningún accidente mortal con implicación de autobuses escolares.
Según un estudio elaborado por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil sobre accidentalidad y lesividad de los vehículos dedicados al transporte escolar, la gran mayoría de ellos ocurren en vías convencionales (en lo que va de año el 65% ocurrieron en esta clase de vías). Así mismo, el tipo de accidente más frecuente es la colisión fronto-lateral. Por otro lado, la distracción y la velocidad inadecuada aparecen como factores concurrentes más frecuentes.