El galardón es otorgado por la Real Academia de Medicina de Zaragoza en el que reconoce la su larga y brillante trayectoria médica.
El doctor soriano Eusebio Bozal Castillo recibe este jueves en Zaragoza el premio CAI al mérito profesional en 2021, en reconocimiento y homenaje a su labor que se ha distinguido por sus virtudes en el ejercicio de sus funciones a lo largo de su vida profesional.
Eusebio Bozal nació en Almajano en 1955 y recuerda que “desde pequeño quería ser médico”. La delicada salud de dos de sus hermanas le enseñó el camino de lo que sería su vida profesional, la medicina. “Una vez, cuando tenía doce años", recuerda "me sentaron en la barra del bar del pueblo y me decían, tú serás agricultor, y yo les decía que no, que quería ser médico para ayudar a mis hermanas”.
Es precisamente esta situación personal la que ha hecho de Bozal un médico muy cercano a los pacientes. “Sabíamos casi todo de la gente que nos visitaba y sólo con verlos ya teníamos un diagnóstico. Éramos más que médicos”, señala el galeno, que tiene claro que “la medicina de hoy necesita más humanidad”.
Este jueves será un día muy especial para el doctor de almajano porque volverá a la ciudad donde comenzó sus estudios de Medicina, que recuerda con mucho cariño, incluido su paso por el Colegio Mayor Lasalle donde también estuvo el doctor Pepe Pastor, único médico fallecido en Soria por coronavirus. “Cuando yo empezaba, Pepe Pastor estaba acabando la carrera”, recuerda.
Una vez licenciado, sus primeros pasos fueron como ayudante de traumatología en la clínica de Juan Sala de Pablo, “una persona muy seria, pero muy agradable”, dice, recordando una figura importante de la sociedad soriana en aquellos tiempos. “En todo lo que era referente a las prótesis de cadera, el doctor Sala de Pablo era un adelantado a su tiempo”. Bozal recuerda cuando cogía su coche, un Mercedes que tenía, y se marchaba a Suiza a por herramientas adecuadas y volvía al día siguiente”.
“Iba para traumatólogo”, comenta Bozal, pero su verdadera especialidad iba a ser la atención primaria “donde he sido feliz”, asegura. “Mi primera sustitución fue en Ágreda en 1985 a la que siguió Calatañazor en sustitución del doctor Gregorio Ozores. Entonces en los pueblos eras médico las 24 horas del día”.
Fue el comienzo de un largo camino que tuvo más etapas, ya como médico interino en Gómara, donde estuvo 18 años y otros 12 en el Centro de Salud de Osma, ya con la plaza en propiedad. “Entonces no salían oposiciones” y era muy complicado.
En El Burgo de Osma también fue muy feliz ejerciendo la medicina, pero el problema de los desplazamientos hizo que su etapa final se desarrollase en el centro de salud de La Milagrosa, en la capital soriana, donde estuvo durante cuatro años, compartiendo labores en el Ilustre Colegio de Médicos de Soria, siendo vocal y vicepresidente de dicha institución.
Eusebio Bozal Castillo dice sentirse emocionado por este reconocimiento y reconoce que en atención primaria “el gran problema es la falta de médicos”. Un momento delicado donde ahora “tiran del carro los médicos que han llegado de Sudamérica”, porque “los médicos formados en España no se quedan en Soria”. Buscan otras alternativas más interesantes relacionadas con la cantidad y variedad de casos, además de los temas relacionados con la investigación. “Todos quieren aprender cuanto más mejor y en otras ciudades y hospitales más grandes es más fácil conseguirlo”.
“No es lo mismo ser médico en Soria, que en Madrid porque en provincias como ésta hay poca gente y la medicina cada vez es más especializada”.
El doctor deja la medicina después de medio siglo comprometido con sus pacientes de una manera vocacional, especialista en Medicina familiar y Comunitaria, médico titular (APD) y Médico de Atención Primaria del Sacyl con plaza en propiedad, por oposición, como médico estatutario.