El autobús saldrá de la localidad andamantina a las 13:00h. Posteriormente, los corredores tomarán la línea de meta en el primer turno para que les dé tiempo de volver a cenar en casa: “Es una experiencia única. Es la carrera popular más grande del mundo”.
21 años después, Almazán sigue siendo fiel a la San Silvestre Vallecana. En 2003, José Luis Núñez tuvo la idea de reunir a un grupo de adnamantinos para viajar hasta Madrid para formar parte de esta prueba. Dos décadas más tarde, esta tradición continúa vigente, viajando cada vez más gente hasta la capital de España en la última tarde del año.
Según explica el propulsor de esta iniciativa, la cifra de corredores ha crecido este año, llenando un autobús entero de 55 plazas. Amantes del atletismo de todas las partes de la provincia saldrán desde la Plaza Mayor de Almazán el martes a las 13:00h. para llegar a Vallecas a eso de las 15:15h. Posteriormente, cogerán el metro hasta Benabéu, lugar en el que arranca la prueba.
“Nos animamos a viajar por primera vez después de ver el anuncio de la organización de que necesitaban más gente para ser la carrera popular más multitudinaria del mundo. Lo han conseguido, superando a la de Sao Paulo”, indica Núñez.
Estos saldrán en el primer grupo a partir de las 17:00h. para que les dé tiempo de regresar a casa para cenar con sus seres queridos. Esto es posible, dentro de una carrera en la que participan 50.000 personas y en la que se dan cinco salidas, gracias a las buenas marcas de los atletas adnamantinos y a la comprensión de la organización.
En esa dirección, el propulsor de esta iniciativa, recalca que el grupo de este año, que cuenta con personas desde los 17 a los 65 años, tiene mucho nivel con representantes que en 2023 quedaron en los primeros puestos -uno de ellos pasó octavo por meta- de la clasificación con unas marcas inferiores a los 37 minutos.
La prueba permite a los participantes pasar por lugares de ensueño como el estadio Bernabéu, Concha Espina, la Puerta de Alcalá, Neptuno, el museo de El Prado, la estación de Atocha o el puente de Vallecas. Además de la decoración navideña de la capital madrileña, la organización anima a los corredores con grupos de gospel, Dj´s o batucadas por diferentes puntos del recorrido. Los disfraces tampoco faltan en una carrera propicia para ello.
“Si vas a competir lo que más te llama la atención es la subida de La Albufera. Son 800 metros muy duros. Si vas a disfrutar, te quedas con el ambiente que se genera. La salida es impresionante. Tenemos mucha curiosidad por saber quién será el artista invitado este año”, ha sentenciado.
Antes de volver a casa, estos preparan un pequeño picoteo para poner el broche de oro a la tarde deportiva por excelencia en España. Posteriormente, una vez están ya en Almazán, estos recuerdan todo lo que han vivido en tan pocas horas y ya piensan en la edición del próximo año.