La intervención puede durar de 1,5 a 3 horas. Los interesados en someterse a una de estas operaciones deben tener más de 16 años y no sufrir enfermedades graves.
Una rinoplastia es un tipo de cirugía plástica para modificar la forma, el tamaño o funcionalidad de la nariz. Puede realizarse con fines estéticos, funcionales o una combinación de ambos. La primera de ellas mejora la apariencia de la nariz, armonizándola con el resto del rostro. En el caso de la funcional, esta corrige problemas como la desviación del tabique, la hipertrofia de cornetes o colapso nasal que afecta a la respiración. Además de ellas, también se realizan secundarias para ajustar los resultados de una previa y reconstructivas. Estas restauran la nariz después de un traumatismo, enfermedad o defecto congénito.
Antes de entrar en quirófano, el especialista lleva a cabo una evaluación médica. Seguidamente, se realizan unas pruebas complementarias: radiografías, análisis de sangre y, en algunos casos, estudio de función de respiración. Es importante saber que los resultados pueden tardar unos meses en ser definitivos.
Posteriormente, una vez se tienen, se desarrolla una intervención que puede durar de 1,5 a 3 horas. La anestesia puede ser local con sedación o general. El alta médica lo dan, generalmente, el mismo día o el siguiente. Aunque es una técnica segura, pueden aparecer los siguientes problemas: sangrado de nariz, infecciones, dificultad para respirar de manera temporal, asimetría de resultados, necesidad de una cirugía de revisión.
Con todo ello, el HTL cuenta con una infraestructura tecnológica muy avanzada y con un equipo de grandes profesionales, liderado por el Dr. Hontanilla, especialista con 25 años de experiencia en el sector.
Artículo en colaboración.