Esta enfermera recorre numerosos pueblos de la provincia con sus muñecas. Colocándolas en sitios emblemáticos como la Fuentona, realiza fotografías que posteriormente sube a grupos de Facebook con coleccionistas de todos los rincones: “Muchos me preguntan dónde están estos lugares y se interesan para venir a conocerlos”.
Yolanda Lacalle Mínguez lleva coleccionando barriguitas desde que nació. Procedente de El Burgo de Osma, se trasladó a vivir a Soria cuando se hizo mayor. A pesar del cambio de aires, su pasión por estas muñecas no desapareció en ningún momento. En la actualidad, cuenta con más de 60 figuras: “Nacimos en el mismo año, 1.969. Cuando me fui de casa de mis padres, me dejé muchas. Con las mudanzas, también han desaparecido varias”.
Sin embargo, su colección ha ido creciendo con el paso de los años. Visitando varias páginas de segunda mano y mercados antiguos, Lacalle ha continuado ampliando su muestra. Una de sus últimas adquisiciones la llevó a cabo en la Feria de San Agustín. Cardito Amarillo pasó a formar parte de su familia por un precio que oscilaba los 25 euros: “Hay algunas en Wallapop por las que piden 50 euros. Me parece una barbaridad, ya que no sé ni si son originales. Es fundamental ver si llevan una numeración detrás de la nuca”.
Yolanda Lacalle llevó este hobby a otra dimensión durante la pandemia. Enfermera de profesión, mandó a su familia a Fuente el Fresno, “ya que lo que más me preocupaba en esos instantes era la salud de mis pacientes y de mis cercanos”. Aunque ellos estaban protegidos, también sentían preocupación por mí: “No tenía ganas de nada”.
Entonces, se le ocurrió hacer una especie de juego para mantener la unión con los suyos. Cuando se iba al hospital, se llevaba alguna de sus barriguitas para hacerle una foto en algún árbol o en algún parque que le pillará de camino. Posteriormente, subía la captura a su estado de WhatsApp para que sus familiares y amigos descubrieran de dónde se trataba y en qué punto de la imagen se situaba la muñeca. “Me lo empezaron a pedir todos los días”, señala.
Cuando mejoró la situación, Lacalle sentía la necesidad de salir de la ciudad para airearse y descubrir numerosos pueblos de la provincia. Desde entonces, cada fin de semana recorre diferentes rincones de Soria, sola o acompañada por su marido, Juanma. En su mochila, no faltan sus compañeras de viaje, las barriguitas.
Manteniendo su tradición de fotografiarlas, esta las ha inmortalizado en lugares como los Arcos de San Juan de Duero, la Fuentona, el puente de piedra de Covaleda, El Burgo de Osma, Almazán o Yanguas. De la misma manera, también ha visitado otros lugares más pequeños como Valdelavilla o Diustes.
Posteriormente, sube las fotografías a grupos de Facebook como ‘Barriguitas de mi infancia: años 70-80 y 90’, con casi 10.000 usuarios, o ‘Mis pequeñas Barriguitas’, con más de 6.000. Su objetivo radica en enseñar la provincia a todas estas personas, empleando su pasión por estas muñecas: “Mi idea es demostrar lo afortunados que somos los sorianos por haber nacido en un sitio como este. Mucha gente de los grupos me pregunta de dónde son las fotos y cómo pueden ir a conocerlos”.
A través de esta promoción, pretende que los parajes de Soria lleguen a todos los rincones del mundo. Para seguir avanzando en este proyecto, Lacalle no se cierra a crear una página web, con la ayuda de su hijo, para subir las miles de fotos que tiene de barriguitas en diferentes puntos de la provincia. Con ese reto todavía por concretar, la enfermera se centra en decidir qué punto toca visitar este fin de semana. Vea es una opción que tiene en mente para seguir mostrando Soria a sus barriguitas y a miles de personas.