En Borobia celebran uno de los carnavales más auténticos de la provincia. La fiesta es conocida por los zarrones que, armados con arpilleras y cencerros, combaten el hastío y enfrentan la despoblación.
Soria puede presumir de festejar los días en honor a don Carnal y doña Cuaresma de variadas formas. Desde el 27 de febrero, Jueves Lardero, ha habido tiempo para todo. Para enfundarse los disfraces más divertidos y disfrutar de la multitud en la capital, pero también para empaparse de tradición el Martes y revivir ritos tan peculiares como la Ronda de Duruelo de la Sierra.
Los días de fiesta no han acabado y el fin de semana del 8 y 9 de marzo se vivirá intensamente en varios puntos de la geografía provincial. En Abejar volverá a salir la Barrosa, este 2025 presumiendo de la reciente declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional. Y en Borobia, quintos y zarrones recorrerán las calles en el que está considerado como uno de los carnavales más antiguos de la provincia, que “no ha dejado de celebrarse ni cuando Franco los prohibió en todo el país”, cuenta José Javier Gómez, alcalde del municipio.
Esta celebración abarcaba antiguamente dos semanas, “la primera dedicada a los quintos salientes y la segunda para los entrantes”. Gómez Pardo recuerda que “era la fiesta más importante del pueblo y, cuando era niño y el pueblo tenía más de mil habitantes, había merienda y baile todos los días”. Ahora los tiempos han cambiado y la despoblación ha obligado a concentrar la mayoría de los actos en un fin de semana (aunque el alcalde apunta que el Martes de Carnaval se sigue festejando con una merienda popular y “alguna actuación”). Desde el viernes 7 y hasta el domingo de Piñata los vecinos y visitantes podrán disfrutar de charangas, verbenas y otras actividades, convirtiendo a la localidad “en un foco de atracción” para “los jóvenes” de la comarca del Moncayo, el Campo de Gómara, así como del otro lado de la Raya de Aragón.
Y aunque el baile de la noche del sábado ha gozado y goza de una excelente reputación, lo que marca la diferencia es la figura de los quintos y los zarrones. Dos manifestaciones etnográficas que representan las fuerzas del bien y del mal, respectivamente, y que convierten en único a este carnaval. Los quintos son “los responsables de la celebración, el centro de atención”, explica el regidor de Borobia. En colaboración con los vecinos y el propio Ayuntamiento, “dirigen la charanga, ordenan los bailes...”.
Resultan tan importantes que José Javier Gómez recuerda que “los zarrones podían echar paja a todo el mundo menos a los quintos”. Siempre elegantes, con su capa típica castellana, “también podrían llevar bastón en la mano” para ir casa por casa recogiendo las dádivas que permiten sufragar los gastos de la celebración. Este 2025 serán cinco los quintos, cinco jóvenes que alcanzan este año la mayoría de edad y que mantienen esta especie de ‘rito de paso’, adaptado a los tiempos modernos, entre la adolescencia y la madurez.
Los zarrones entroncan directamente con la tradición pagana, son extraordinarios personajes mitológicos cargados de misterio y surgidos de la cultura pastoril. Son vecinos o vecinas del pueblo que, con la cabeza tapada con cestos y cornamentas, pieles, abarcas y al sonido de cencerros a la espalda, recorren las calles arrojando paja a todo aquel que les hace frente. Normalmente se les puede ver el sábado por la tarde, pero el alcalde anima a no confiarse, pues “pueden salir en cualquier momento, cuando menos los esperas”.
Antiguamente, los zarrones se vestían cada uno “a su manera”. Buscaban pieles y polainas y se cubrían completamente. Ahora se ha homogeneizado su imagen gracias al trabajo de la Asociación cultural La Raya, que en 2019 junto con el Ayuntamiento, restauraron las vestimentas más tradicionales. Este esfuerzo por conservar lo propio se ha visto recompensado con varios premios.
El primero de ellos es el Colodra Institucional, que entregó a La Raya la Diputación Provincial en 2022. Dos años después, en 2024, llegó el Premio Provincial de Turismo y José Javier Gómez Pardo está seguro de que, “además de la labor que se viene realizando en el Observatorio, incluir en la memoria esta tradición sirvió para inclinar la balanza a nuestro favor”. Por último, y aunque ya son varios años esperando, el Carnaval de Borobia mantiene la esperanza de ser declarado BIC junto con otras mascaradas de Castilla y León, ya que en 2019 las Cortes aprobaron una PNL socialista que instaba a la Junta a ello.