Hijo adoptivo de la capital y vecino pródigo de Castilfrío de la Sierra, repasamos la relación de Fernando Sánchez Dragó con Soria, desde sus obras a sus polémicas. De la pirámide que con sus libros quería construir a sus anécdotas sanjuaneras, pasando por su perfil literario y las reacciones a su fallecimiento.
Los hay que recuerdan gozosos como los primeros pechos que se vieron en Soria un Viernes de Toros los mostraban las jovencitas que Dragó ‘traía’ de la capital. Los hay a los que solo la figura Sánchez Dragó les produce más asco que las anécdotas de Sánchez Dragó. Algunos recuerdan su variopinta obra mientras otros no pueden olvidar su orgullosa confesión de haber tenido sexo con menores. Unos celebran que siempre tuviera Soria en la boca y otros lamentan que siempre tuviera Soria en la boca. Muchos lo vieron el pasado Viernes Santo en el Collado disfrutando de las procesiones y casi todos recuerdan alguna de sus muchas excentricidades a lo largo de las décadas. Lo que es universal es que la figura de Sánchez Dragó no dejaba indiferente a ningún soriano.
Fernando Sánchez Dragó fallecía esta mañana en su residencia de Castilfrío de la Sierra, apenas unos minutos después de publicar su último tweet en una red social que parecía hecha a su medida. En el pequeño municipio perteneciente a las Tierras Altas sorianas el escritor preparaba su discurso de aceptación del Premio Castilla y León de las Letras. El galardón, que debía recibir este mes, supuso la última de sus polémicas al ser concedido por una consejería de la Junta dirigida por Vox, partido del que se había erigido en una suerte de consejero.
Dragó tenía un vinculó especial con Soria, provincia a la que siempre consideró su retiro. Aquí paso parte de su infancia y su adolescencia y, desde entonces, siempre quiso volver. Soria es un elemento fundamental para entender su obra, no solo como inspiración y marco, sino también como el espacio físico donde escribía. Castilfrío de la Sierra era su refugio y allí será enterrado mañana martes a las 18:00 horas. En su casa, una placa de cerámica daba la 'bienvenida' a los curiosos: “Visita no acordada, visita no deseada”.
Soria Noticias se ha puesto en contacto con Tomás Cabezón, diputado nacional y concejal en Castilfrío de la Sierra. Él señala que “junto al autor de renombre y al polemista” Dragó era una “persona sencilla”. Un vecino ilustre que “apostó” por el municipio, que se arremangó para lograr mejoras como los arreglos en el tejado de la iglesia tirando de sus contactos eclesiásticos, y que siempre tenía proyectos en la cabeza.
El último del que hablaron fue el de instalar su increíblemente inmensa biblioteca (es lo primero que destacan quienes estuvieron en su casa) en el municipio soriano. Dragó quería legar sus libros al pueblo y que estos estuvieran en un “centro cultural con forma de pirámide”.
Por todo ello, Cabezón señala que hoy es “un día triste para Castilfrío” y, aunque la localidad ya le tiene dedicada una calle, no se descartan nuevas ideas para que “su figura perdure en el tiempo”. En el plano personal el diputado destaca “el verbo del que disponía, esa actividad mental, esa cultura que desprendía...” algo que, reconoce, “no está reñido con todo lo demás”. En las distancias cortas, refiere, “era un hombre diferente al polemista o al autor de renombre, era sencillo y hablaba de lo que podemos hablar cualquiera”.
En la capital era habitual verle (casi siempre con un único acompañante, de género femenino y de corta edad) en alguno de los establecimientos más castizos. Si el lector piensa en una librería, una tasca o un mesón de Soria es inevitable que su cerebro le lleve a alguno de los lugares favoritos de Dragó. Su otro gran fetiche con la ciudad del Duero eran las fiestas de San Juan.
Sanjuanero durante décadas, no era difícil encontrar a Sánchez Dragó en algún ‘sarao’ durante esos cinco días. Coincidiendo con la suspensión de las fiestas durante el Covid, Dragó quiso compartir en las redes sociales su anécdota más sexual relacionada con un Jueves la Saca.
Pero no fue este el ‘hilo’ que más tela trajo de los relacionados con la con la capital soriana. Hace menos de un año, Dragó criticaba las vestimentas de los sorianos y las sorianas tras un paseo por el Collado y las "bullipolleces gastronómicas" que han llevado a Óscar García a ganar la Estrella Michelín. “Las nietas de las madres que amé tanto van en semicueros por la calle”, lamentaba.
No es arriesgado señalar que Sánchez Dragó vivía enamorado de una Soria que, afortunadamente, ya no existe. Un paisanaje anclado en el tiempo en una especie de pretendido parque de atracciones al pasado. Soria le nombró hijo predilecto en 1992, seguramente una Soria donde Dragó estaba más cómodo. ‘Si quieres seguimos en la Soria medieval, no te jode’, le espetaba un twittero ofendido hace un año a lo que Dragó respondía con un tan escueto como clarificador “Ojalá”.
Dos veces ganador del Premio Nacional de Literatura (1979 y 2000) y con más de 40 obras publicadas, para conocer mejor su faceta literaria Soria Noticias se ha puesto en contacto con el crítico literario y librero soriano Cesar Millán. Antes de meterse a analizar su obra reconoce que “no congeniábamos muy bien” y recuerda cómo se refería a él como 'el chico de los libros' en tonos despectivo. El librero señala que, aunque ahora su editorial (Planeta) tratará de posicionar sus libros, llevaba años recelando del escritor, con algunos títulos ya descatalogados.
Centrado en su obra, pone en valor 'Gargoris y Habidis, historia mágica de España'. Un título con “una fuerza increíble” y que reunía todas las historias de mitos y leyendas del país. Con ‘La prueba del laberinto’ en el 92 “demostró que era muy buen escritor y ganó el premio Planeta”. Millán recuerda cómo en esos viajes a los orígenes y hacia lo desconocido, lo espiritual y lo inquietante la provincia de Soria siempre tenía un lugar preferente.
“Su forma de narrar era muy particular, aunque según mi punto de vista se fue desvirtuando un poquito con sus obras de tintes autobiográficos”, nos cuenta el crítico. En sus últimos libros, como ‘Dios los cría’ o la biografía de Santiago Abascal, Dragó se pasó al lado más controvertido. “En los últimos años su trabajo se ha visto superado por lo polémico de su figura”, describe Millán para Soria Noticias.
Desde Librería Las Heras afirma que 'El Camino del Corazón' y 'La prueba del laberinto' “son los más vendidos y han estado siempre con nosotros”. Junto a ellos 'Gargoris y Habidis', que "lo mantenía por su referencia a Soria”. También entroncan con la provincia obras como 'Discurso numantino' o 'Segunda y última salida de los ingeniosos hidalgos Gargoris y habidis'.
La muerte de Dragó ha dejado una cascada de reacciones, de los representantes políticos al mundo de la cultura sin poder ni querer quedarse al margen la farándula patria (a primera hora de la tarde los programas del corazón ya estaban en su casa) ni el twittero medio (Sánchez Dragó y Castilfrío de la Sierra se convertían en Trending Topic).
El primero en reaccionar era Carlos Martínez Mínguez que se encontraba en una rueda de prensa cuando se conocía la noticia. El alcalde de Soria ha reiterado el mensaje lanzado en los últimos meses tras la polémica surgida por su vinculación con Vox y el premio otorgado desde la Junta. “Todo el respeto como escritor y toda la discrepancia desde el punto de vista ideológico”, señalaba tras conocerse la noticia un Carlos Martínez que añadía “lógicamente” sus condolencias a familiares y allegados.
El presidente de la Junta de Castilla y León se mostraba “apenado” en un tweet y le definía como “un gran escritor y soriano de adopción”. Más cercano, ideológica y personalmente, el consejero de cultura, Gonzalo Santonja, “Fernando, viejo amigo, hasta que Dios quiera” y el vicepresidente de la Junta, García Gallardo, “Ruge desde el cielo, lobo feroz”. Santiago Abascal, quien ha estado en su casa de Castilfrío jugando al futbolín, le definía como “uno de los escritores más brillantes de las últimas décadas”. “Nos deja un legado de lucha por la libertad, de amor desacomplejado por su patria y por la literatura y de resistencia ante cualquier imposición ideológica”, asegura el líder de Vox.