La iniciativa viene de la mano de la convocatoria 2023 cofinanciada con Fondos FEDER, que movilizará inversiones por 3.000.000 euros con el objetivo de desarrollar y mejorar las capacidades científicas y tecnológicas de los Centros Tecnológicos.
La Consejería de Economía y Hacienda invertirá 1,5 millones de euros en mejorar las capacidades científicas y tecnológicas de los centros tecnológicos. Las ayudas irán destinadas a 14 proyectos de inversión de ocho infraestructuras de este tipo –que generarán una inversión inducida cercana a los 3 millones de euros– con el objetivo de impulsar procesos de I+D+i en la Comunidad.
Estas subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, están cofinanciadas al 60 % por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el ámbito del Programa 2021-2027 de Castilla y León.
Las actuaciones subvencionables consistirán en la adquisición de equipamiento científico o tecnológico, de tecnologías de la información y comunicación, así como de recursos basados en el conocimiento, que permitan la mejora de las capacidades científicas o tecnológicas vinculadas a uno o varios ámbitos de la Estrategia RIS3 de Castilla y León, en líneas de trabajo existentes de I+D+i, o bien para iniciar actividades de I+D+i en nuevos ámbitos. Asimismo, el objetivo es mejorar la competitividad del tejido empresarial de la Comunidad, especialmente de las pymes, mediante el conocimiento y apoyo en sus distintas necesidades tecnológicas.
En el ecosistema de I+D+i de Castilla y León, los centros tecnológicos actúan como puente entre la investigación básica y el tejido productivo, impulsando la mejora competitiva de las empresas, especialmente las pymes, y contribuyendo al desarrollo económico de su entorno.
La importancia de estas entidades ha llevado a la creación de NODDO, asociación que agrupa a todos los Centros Tecnológicos de Castilla y León, cuya misión es contribuir a la generación de conocimiento y su transferencia a la sociedad, mediante el fortalecimiento de las capacidades de los nueve centros que lo integran.
A finales del año 2022 los centros tecnológicos de Castilla y León contaban con más de 680 personas en plantilla, unos ingresos totales de 49,5 millones de euros y una facturación a empresas que ascendió a más de 26,3 millones de euros.
La Consejería de Economía y Hacienda, a través de la Dirección General de Política Económica y Competitividad, desarrolla actuaciones de apoyo a la inversión para mejorar las capacidades científicas y tecnológicas de los Centros Tecnológicos de la Comunidad, en el marco del Programa FEDER 2021-2027.
Las actividades de los centros tecnológicos regionales se encuentran vinculadas a los sectores más importantes de la Comunidad: automoción y movilidad, aeroespacial, agroalimentario, bienes y productos de consumo, energía, fabricación y bienes de equipo, hábitat, biotecnología y bioeconomía, patrimonio y turismo, o inteligencia artificial, entre otros.
En esta convocatoria de apoyo de 2023, la Consejería de Economía y Hacienda apoyará las infraestructuras de investigación vinculadas a temáticas tan actuales como la realidad virtual, la visión artificial y la inteligencia artificial, potenciando el desarrollo de estas tecnologías en el territorio autonómico y favoreciendo la trasferencia de conocimiento en estos ámbitos hacia el tejido empresarial.
También se apoyarán mediante esta línea de subvenciones las inversiones en infraestructuras de investigación en los centros tecnológicos vinculadas al reciclado procedente de la industria aeronáutica y de palas de aerogeneradores o a la recuperación eficiente de metales procedentes de baterías gastadas de vehículo eléctrico. Otras actuaciones que se apoyarán son la mejora de las tecnologías de hidrógeno, con proyectos relacionados con la producción sostenible de gases renovables o la investigación y desarrollo de pilas de combustible.
Finalmente, también se apoyarán proyectos vinculados a la especialización agroindustrial, alineados con la Estrategia RIS3 de Castilla y León, como los relativos a los biocompuestos con funcionalidades fitosanitarias y estimulantes, la agrigenómica y tecnologías de secuenciación de nueva generación, o el uso de fuentes proteicas alternativas procedentes de subproductos agroindustriales.