El que fuera presidente de Endesa, Ibercaja o la Bolsa de Madrid y una de las voces más autorizadas en materia económica del PP de José María Aznar participó en Soria en un encuentro con empresarios organizado por la Cámara. Unidad, realismo y visión a largo plazo, entre las recetas para una "Soria que será un ejemplo de éxito".
"Nadie va a venir con una varita mágica a resolver los problemas de Soria" o "Pedir lo imposible solo sirve para generar frustración cuando no te lo dan y para tener un estupendo lucro cesante de lo que podías haber conseguido durante ese tiempo". En esos dos consejos se podría resumir la charla que mantuvo en la jornada de ayer Manuel Pizarro con los empresarios sorianos.
El que fuera una de las más respetadas mentes económicas de la España de los 90 y los 2000, recetó para el progreso de Soria una visión a medio y largo plazo de los proyectos y una necesaria, aunque en ocasiones aparentemente imposible en estas tierras, unidad en torno a los proyectos.
Manuel Pizarro se desplazó hacia una Soria que confesó que ama por Machado pero que no conoce lo suficiente invitado por la Cámara de Comercio de Soria, dentro de los actos por su 150 aniversario. Ante más de medio centenar de empresarios sorianos el expolítico y banquero puso algunos de los ejemplos de éxito en su Teruel natal como la mayor plantación de trufa de Europa, ya con regadío incluido, o el sorprendente aeropuerto pensado en los aviones de la capital del mudéjar.
Abogado del Estado, Agente de bolsa, presidente de la Bolsa de Madrid o mandamás de Endesa, también recordó sus años al frente de Ibercaja. Y es que, siempre según Pizarro, entidades como las Cajas o la propia Cámara deben servir de "catalizadores" para el desarrollo de los territorios, permitiendo "que brillen los demás, pero que se hagan las cosas". Ahí puso como ejemplo proyectos como Dinópolis o las estaciones de esquí del pirineo oscense.
Entre los recursos que comparten Teruel y Soria, aunque Pizarro destacó que cada territorio debe buscarse sus propios proyectos, destacó el aspecto medioambiental, el turismo o los productos agroalimentarios. También las "energías que no contaminen" pero que tampoco "destruyan paisajes u otros recursos" porque "hay espacio suficiente para todo".
"Soria será una historia de éxito", aseguró siempre que se cumplan los factores anteriormente mencionados. "Cuando pasas 4 años pidiendo lo que no te van a dar eso genera frustración en un territorio y, lo más importante, genera un lucro cesante de lo que podrías haber conseguido reclamando lo que sí te van a dar", explicaba. El otro ingrediente principal de su receta es "que la sociedad debe estar unida" porque "no se es consciente de la fuerza que se tiene cuando todos van en la misma dirección".
En este sentido, Pizarro recomendó a los empresarios "alinear su pensamiento, su discurso y sus acciones" y "no equivocarse de enemigo". Recalcó que los empresarios son los que generan los recursos tanto públicos como privados y definió a los sorianos como "personas serias y bien formadas" que "bien dirigidas se comen el mundo".
Aunque el que fuera ministro de José María Aznar quiso dejar la política fuera de su charla sí dejó claro que él "nunca me he equivocado votando" y que "gobernar consiste en priorizar" porque "hay que tener mucho respeto al dinero, sobre todo al ajeno". En este sentido señala que "la política de la subvención no arregla nada" y que ninguna sociedad es sostenible con un sistema de pagas o subvenciones. "Aquí hay que ser competitivo", resumía mientras pedía a la sociedad una vigilancia activa del uso de sus impuestos.
Por su parte, Alberto Santamaría, presidente de la Cámara de Comercio de Soria definió a Manuel Pizarro como un verdadero "motor de Teruel" y señaló que estos encuentros sirven para "construir el relato del futuro de la provincia". Un futuro que pasa por alejarse del victimismo y "saber jugar nuestras cartas" cuando nos encontramos ante un "punto de inflexión geopolítico y tecnológico".