El Grupo de Rescate, GRS, que tiene su base en la localidad vallisoletana de Alcazarén, ha realizado un total de 750 intervenciones desde su creación en el año 2007, 35 de ellas en lo que va de año 2019, concentrados en su mayoría en las zonas de montaña de la Comunidad y originados la mayor parte durante la práctica de deportes al aire libre. De ellas, el 80 % han sido rescates de montaña. Ávila y León han sido las provincias que han concentrado mayor número de intervenciones. Para lograr la máxima efectividad, el GRS está en contacto permanente con el Centro Coordinador de Emergencias 1-1-2.
El Grupo de Rescate de la Junta de Castilla y León está integrado por un piloto, un operador de grúa y dos rescatadores, uno de ellos con titulación universitaria en enfermería, y está apoyado por un helicóptero con grúa dotado con equipo material acorde al tipo de rescate. Tiene su base en Alcazáren, Valladolid, un punto céntrico en la Comunidad, lo que facilita la capacidad de repuesta en despacho inmediato y garantiza la optimización de los tiempos de respuesta y una prestación homogénea en todo el territorio.
Desde su creación en el año 2007, el GRS ha realizado más de 750 intervenciones, de las cuales aproximadamente el 80% correspondió a rescates de montaña, un 2% fueron rescates de agua, un 9 % rescates en zonas de difícil acceso, un 8 % a labores de búsquedas y el resto a otros rescates. Por provincias, Ávila y León concentran el 60 % de las intervenciones, con un 30 % aproximadamente cada una; en la provincia de Burgos se han realizado algo más del 10 % de las intervenciones del GRS; alrededor de un 8 % en la provincia de Segovia; Palencia ha concentrado un 7%; Salamanca y Zamora algo más de un 4% , mientras que Soria y Valladolid con algo más del 2% y 1% respectivamente cierran el listado.
La mayoría de los rescates se han producido en zonas de montaña y en espacios abiertos, circunstancias que añaden a este servicio una especial dificultad y riesgo a las intervenciones, debido sobre todo a las características del medio en el que se producen, lo que obliga a que todos los medios intervinientes, grupos de rescate y equipos médicos, deban actuar de manera coordinada para dar la mejor respuesta.
Para ello es imprescindible la participación del Centro Coordinador de Emergencias (CCE) del 1-1-2, desde donde se recaba la información necesaria para obtener la localización y tipología exacta del rescate, para establecer, en su caso, el lugar de traslado de los rescatados.
Desde el 1-1-2 se pone en contacto a la persona que ha lanzado la alerta con un médico, lo que permite a éste determinar la gravedad del accidente, despachar los recursos sanitarios más adecuados y trasladar pautas hasta la llegada de la ayuda.